La construcción del Monasterio de Yuso comenzó en 1053 por orden del rey de Navarra García Sánchez III y se prolongó durante catorce años en los que, según se creía, se edificó un templo muy similar a los de estilo románico que empezaban a proliferar por Castilla.

Pero a medida que creció la importancia del monasterio, vinculado a San Millán de la Cogolla, primer patrón de Castilla, también lo hizo su iglesia, que quedó solapada por otros estilos de diferentes épocas, hasta el gran templo de los siglos XVI y XVII que ahora se está restaurando de forma integral.

Dentro de esos trabajos, en los que ya hace meses se encontraron restos de un taller prehistórico, ahora han aparecido los cimientos del templo románico, en el emplazamiento que se esperaba pero con una dimensión mucho mayor a la que se había calculado.

Templo románico

De hecho, según la dimensión de estos restos, el templo no se correspondería con una iglesia medieval sino con un gran templo del primer románico, coetáneo con los de San Martín de Frómista (Palencia), San Isidoro de León o la catedral de Jaca, aunque todos ellos habrían comenzado su construcción varios años después.

Las piezas halladas en las últimas semanas hacen pensar que la iglesia de San Millán era un templo de unos cuarenta metros de largo y de tres naves, aunque los arqueólogos trabajarán en los próximos días para determinar si tenía crucero y mayor longitud.

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