A Sofía Mazagatos no le gustaban los toreros en el candelero, sino los que estaban en el "candelabro"; a Carmen Sevilla, "paralítico" le parecía "una profesión muy bonita", y el primer hijo de Mar Flores vino, según la modelo, "con un brazo debajo del pan".
Este y otros tropiezos lingüísticos, y de otros tipos, han sido recogidos por el experto rosa Jesús Locampos en su libro El candelabro y otras anécdotas del corazón.
La información siempre se contrasta, pero a veces su propio protagonista miente
Algunos de los relatos que contiene resultan abrumadores. Otros, simpáticos. Y otros tratan de reivindicar una profesión denostada incluso por el propio gremio, el periodístico.
"La información siempre se contrasta con la mejor fuente: su protagonista", defiende el director de Qué me dices, Javier Huerta. Pero la fuente puede mentir. Así fue en una ocasión con Norma Duval, quien tres días después de negar a su revista que estaba embarazada, afirmó lo contrario en exclusiva para la revista Hola.
También las zancadillas entre los profesionales rosas están a la orden del día, y se desvelan algunos de sus motes (Lydia Lozano es 'La linterna'; María Patiño, 'la furia chihuahua').
O el trabajo frenético de los papararazzi, una especie aparte, capaz de sacrificar un año entero de su vida paseando por las calles de una ciudad noruega con el fin de retratar a una novia del príncipe Felipe, una tal Eva Sannum.
LAS MEJORES ANÉCDOTAS:
Pipi, pillado in fraganti. "Poco después de conocerse que José Manuel Estada, alias
Pipi, era novio de Terelu Campos, una revista recibía unas fotos del interesado haciéndose arrumacos con otra joven. Pipi se enteró y habló con el semanario: "Por Dios, su publicación me hundiría", dijo. Para evitarlo, Pipi se comprometió a conceder una entrevista "a corazón abierto" sobre su relación con Terelu a ese semanario. Así fue.
Mari Carmen y sus muñecos, casada con otro. El autor del libro, Jesús Locampos, afirma que él fue, durante una semana, marido de María Carmen la de "y sus muñecos". Al menos así lo afirmó una publicación, que le retrató cuando acompañaba a la ventrilocua el día de su boda secreta. Locampos sólo la agarró por los hombros para protegerla de los flashes enemigos, ya que el reportaje del enlace se había concedido en exclusiva a la revista para la que trabajaba,
Diez Minutos.
La infanta, prometida... e insultada. La subdirectora de la revista
Lecturas recuerda en la obra cómo tuvieron que preparar a toda prisa un suplemento adicional para informar de una noticia que había llegado de última hora: el compromiso de la infanta Elena con Don Jaime Marichalar. Pero una "b" tracionera se coló en uno de los titulares, y donde debía poner "Primeras fotos tras el anuncio de la boda", se leía "Primeras fotos tras el anuncio de la boba".
El desnudo improvisado de la boda de Paulina. A Tico Chao le tocó cubrir el enlace de la boda de Paulina Rubio con Colate. Cuenta el fotógrafo que, en un momento, los novios le pidieron que posara con ellos para una foto .Cuál fue su sorpresa cuando de pronto notó cómo la hebilla de su cinturón se rompía y sus pantalones descendían hasta sus tobillos. Lo curioso es, comenta, que "ni Paulina ni Colate se dieron cuenta".
Ángeles Martín, despedida por un robado. El caso más desgarrador es, sin duda, el de la presentadora Ángeles Martín. La revista
Diez Minutos se disponía a publicar unas fotos robadas de la actriz en topless cuando la interesada, destrozada, se presentó en la redacción para implorar que no se sacaran. Martín temía perder por ello su empleo en un programa infantil. La revista no pudo parar la impresión porque estaba "en máquinas". Ángeles Martín fue despedida.
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