Def Con Dos: “Aznar es una aberración grotesca y Zapatero es abiertamente tonto”

  • La banda de César Strawberry publica nuevo trabajo 'Hipotécate tú'.
  • "Mola que sigan pensando que eres un drogadicto y un delincuente".
  • "No me pongo traje desde los 14; me quedan mejor que a Loquillo".

Llevan veinte años al pie del cañón, con la misma filosofía de vida, arremetiendo contra todo en sus sangrantes letras. Def Con Dos, la banda del polifacético César Strawberry, con el que charlamos largo y tendido sobre el pasado, el presente y el futuro, saca disco hoy, Hipotécate tú (Warner). Más actual, imposible.

¿El título del disco insinúa que usted no tiene hipoteca?

(Risas) No, surgió hace un par de años de boca del bajista, Jesús Arispon, J. Al Andalus, el 50 por ciento de Def Con Dos, el que produce los discos, etc. Tiene un estudio de masterización y en un momento dado tuvo un problema de espacio, empezó a mirar pisos y fue por los bancos, pero como le mamoneaban les dijo lo de "¡hipotécate tú!". Luego hicimos la canción con un argumento basado en otro amigo, al que la hipoteca le subió a 1.400 pavos y decía: "Voy a meterle dos hostias a un madero, que me metan en el talego y me tienen un tiempo viviendo gratis". Y parece la hemos hecho ayer…

Con la crisis tendrán mucho material…

Me llama la atención que el disco cuadra perfectamente con lo que pasa. Pero es que en Recargando (2004) había ya una canción que iba también de esto, Los días pasan mal. No entiendo por qué nos ha pillado a todos por sorpresa, si entre amiguetes siempre ha habido esta conversación: ¿cómo mi coleguita que gana 750 pavos se ha comprado un piso de 240.000 euros? O lo de los pisos de 30 metros de aquella ministra; me quedé flipado, yo vivo en 40 metros de toda la vida. Esta filosofía es la que nos está pasando factura. El derrumbe del sistema responde al grado de estupidez que hemos sido capaces de tener para picar en un cebo tan facilón, tan suculento y tan empalagoso.

¿No le dan ganas de meterse en política y dar soluciones?

En España hay que tragar con una serie de imposiciones que no te permitirían hacer una política libre. Tienes que jurar ante el Rey, el republicanismo aquí es de fosa común, y como dice Rouco: ¿Para qué remover el pasado? Se puede hacer política de consenso, que está bien, pero es ficticia. Y luego te venden que éramos la locomotora de Europa y que teníamos una renta per cápita superior a la de Italia. Yo he nacido con Franco, me acuerdo de cómo era esto antes de que hubiera móviles y Gran Hermano y aquí nunca ha habido una base sólida sobre la que levantar una estructura económica.

Y en cuanto a los políticos…

No hablamos de grandes líneas de pensamiento, hablamos de lo que opina la señora que va a la compra. Aznar, como me parece una aberración grotesca, un tipo impresentable, no creo que él tuviera que darse cuenta de todo eso, porque es un gilipollas. Pero Zapatero, que va de enrollado y de guay, nuestro pequeño Obama blanco, resulta que es abiertamente tonto; no se dio cuenta de que esto era insostenible. Me duele todo esto, y prefiero pensar que es tonto a que está engañando a la gente.

¿Por qué a los grupos antisistema se les mira tan mal?

No siento que me miren mal. Simplemente tú eliges dónde te quieres mover. Si no perteneces a ningún grupo mediático, si no te pones camisetas de Che o levantas el brazo en alto, la gente no sabe muy bien de qué vas. Vivimos a base de estereotipos, en un mundo franquicia, y todo eso hace que la gente no esté acostumbrada a que una persona diga algo porque le apetece. Eso es independencia de criterio. Por eso siempre me ha sorprendido el nivel de respuesta de público que ha tenido Def Con Dos.

¿Y en Hipotécate tú qué nos quieren decir?

Digamos que somos monotemáticos, siempre hacemos una invitación a pensar de una manera libre y a crear nuevas formas de ver el mundo a partir de uno mismo, y no a partir de lo que te cuenten otros o de los grandes dogmas. Es verdad que la angustia existencial la mitiga mucho la religión o la creencia en Fidel, e incluso hubo un tiempo que eso ocurría con los rockeros. Pero también nos reímos mucho.

Comenzaron regalando maquetas y ahora no les va mal…

La verdad es que el grupo nació si pretensión alguna de la mano de Julián Hernández, de Siniestro Total. Yo nunca había pensado dedicarme a la música, quería ser pintor. Y cuando entró Arispon nos metimos en una movida que se convirtió en rock and roll pero con una raíz surrealista, el espíritu Tristan Tzara mezclado con cuatro chupitos. Siempre hemos intentado mantener un nihilismo rebelde. Y por eso, cuando el grupo ha ido bien, siempre nos ha desconcertado un poco. Ahora nos valoran y nos entienden más.

¿Los músicos lo tienen mejor ahora con MySpace y otras herramientas?

No, lo tienen mucho peor. Y se nota en la poca renovación que hay en los carteles de los festivales, aunque hay mucha más creatividad y diversidad, los chavales pueden comprarse instrumentos, hay más locales de ensayo, etc. Sin embargo, el acceso a tocar sigue siendo difícil. Yo creo que en Europa no pasa igual, en Francia hay un sistema que ayuda a nivel municipal y una cultura de rock mucho más extendida. Aunque aquí también mola que sigan pensando que eres un drogadicto y un delincuente.

Entonces, ¿les tienen mejor considerados en Europa?

Hemos salido poco, pero la gente lo entiende mucho más rápido. Sobre todo en Estados Unidos, donde estuvimos un mes hace diez años. Flipaba, porque la gente entendía el concepto del grupo a la primera sin comprender las letras. Aquí ha costado mucho. Los de No Use For A Name venían a vernos todos lo días, y no nos conocían de nada.

¿Qué ha supuesto Álex de la Iglesia para Def con Dos?

Yo trabajaba en La Vaca Austera, apareció un día por allí y me dijo: "Hazme una letra para Acción Mutante". Estaba haciendo la preproducción de la película y eso se lo iba a hacer en principio Siniestro Total; Julián era entonces mi cuñado y estaba en las dos bandas. Pero se la escribí, la primera que hacía yo solito, y le flipó. El grupo casi no existía y tuvimos que formarlo; nos dio un toque de seriedad.

¿Y Euskadi?

Nosotros no surgimos de los locales, no tocábamos. Y donde entendieron mejor de qué iba nuestra banda fue en Euskadi. Empezaron a llamarnos, nos trataban de puta madre mientras que en el Estado no tocábamos. Nos ayudó a mucho a darnos a conocer.

¿Cómo son sus conciertos?

Son la hostia. Y eso que piensas que después de veinte años hay gente que aún no te ha visto. El directo de Def Con Dos es de puta madre, cuando empezamos decidimos que íbamos a ser los que más sudáramos y los que más nos íbamos a dejar los huevos en cada concierto, aunque nos costara la salud. Y seguimos haciéndolo. Todos sabemos que vamos a dejarnos tres kilos, es una catarsis. Y eso se transmite, la gente lo nota.

¿La censura es comprensible en pleno siglo XXI?

Censura explícita no hemos sufrido, salvo cosillas. Lo que sí sufres es el hecho de que te ignoren, aunque que ciertos medios lo hagan me parece bien. No puedes pretender salir en determinadas cadenas o periódicos cuando estás en contra de determinadas maneras de hacer periodismo. Sin embargo, hay organizaciones políticas de ultraderecha, que lo reconocen abiertamente, que han estado sometiendo a una persecución inquisitorial, injustificada e ilegal a, por ejemplo, Soziedad Alkohólica, un grupo de mis favoritos y un ejemplo a seguir. Después de ser absueltos de todo, todavía hay sitios donde tienen que suspender sus conciertos. Les pasa lo mismo a Berri Txarrak, que por su rollo euskaldun no pueden tocar en Madrid. Vivimos este tipo de paletez.

¿Cuántas veces se ha puesto chaqueta y corbata?

Tengo una foto como a los 14 años, con un traje horroroso de las oportunidades de El Corte Inglés. No me lo he vuelto a poner más. Una de las máximas de mi vida, además, es que no voy a bodas, bautizos, comuniones ni eventos de ese tipo. Y me acuerdo una vez que se casaba una prima mía muy cercana y mi padre me dijo que me compraba un traje; yo le contesté: "¿y por qué no me compras un caballete para pintar?". Todavía lo conservo, es un caballete cojonudo. De todas formas, los trajes me quedan bien, mejor que a Loquillo, sobre todo porque yo no les pongo hombreras tan anchas (risas).

¿Qué música escucha?

Nunca he oído mucha música, soy muy básico. Empecé escuchando a Ramones, Sex Pistols, hasta que empecé con hip hop del antiguo. Y luego me he culturizado más con Tom Petty, Eagles y este tipo de cosas. Mis colegas están todo el día escuchando música, y me da mucha envidia, pero a mi me gusta el silencio. Me ha interesado mucho más el concepto de los grupos; cómo los Beastie Boys retoman el punk y lo transforman en lo que hacían en la primera gira, o lo que hizo Malcolm McLaren para crear y dar a conocer a su grupo. Es una chaladura que tengo yo.

¿Y qué pintores le van?

Yo terminé abandonando la pintura por desazón y desaliento. Era imposible hacer nada, porque en este país el mundo de las artes plásticas está muy mal enfocado. Hay un mundo comercial muy cerrado y no existe arte alternativo, aunque ahora sí que hay un movimiento a nivel de calle muy interesante. Yo hacía cosas muy raras, pero que llamaban tanto la atención que me las copió un pintor, Fernando Bermejo. Pero me gusta mucho Barceló, pese a que le pongan verde, y el realismo.

¿Se plantea el futuro más allá del mes que viene?

Vamos improvisando, depende de las ganas que tengamos y de cómo nos sintamos. No sabía que cinco años después de Recargando íbamos a sacar un disco tan bueno (risas). Hacer algo que no sea el mismo coñazo de siempre es muy difícil, y en este caso es un álbum muy cañero y estamos muy ilusionados. El futuro no existe, no future.

BIO. César Montaña -más conocido como César Strawberry- tiene 44 años. Compagina su labor en Def Con Dos con su banda paralela Strawberry Hardcore. También ha hecho sus pinitos como director de cine, actor y escritor.

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