Las FARC liberan al ex gobernador Alan Jara tras siete años de secuestro

  • Fue entregado en una zona selvática de Colombia.
  • Se convirtió en profesor de ruso e inglés durante su cautiverio.
  • Es el quinto de los seis rehenes que ha prometido poner en libertad la guerrilla colombiana.
  • Dice que "Uribe no ha hecho nada por nuestra libertad".
Alan Jara, con su mujer y su hijo, tras ser liberado. Foto: REUTERS
Alan Jara, con su mujer y su hijo, tras ser liberado. Foto: REUTERS
José Miguel Gómez / REUTERS
Alan Jara, con su mujer y su hijo, tras ser liberado. Foto: REUTERS

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) liberaron este martes al quinto de los seis rehenes que prometieron entregar, el ex gobernador Alan Jara, quien tras más de siete años de cautiverio afirmó que la guerrilla no está derrotada y acusó al presidente colombiano, Álvaro Uribe, de no hacer nada por los secuestrados.

Después de pasar 2.760 noches en poder de las FARC, el ex gobernador del departamento del Meta fue recibido en el aeropuerto de Villavicencio por su esposa Claudia Rugeles y su hijo Alan Felipe, de 14 años, con quienes se fundió en un abrazo, además de por delegados de la Cruz Roja, autoridades locales y el director de la Policía, amigos y otros familiares. "Libre, libre" fueron sus primeras palabras al descender del helicóptero brasileño que lo llevó hacia la libertad.

Las FARC no están debilitadas para nada (...), allá hay muchos, la mayoría jóvenes"

"Las FARC no están debilitadas para nada (...), allá hay muchos, la mayoría jóvenes", indicó Jara en una rueda de prensa, en la que habló de su convivencia con los guerrilleros en la selva y de otros detalles de su cautiverio.

"No veo otra salida que la negociada", insistió el ex gobernador, quien explicó cómo fue secuestrado el 15 de julio de 2001 cuando regresaba en un vehículo de Naciones Unidas de una aldea del Meta, donde había inaugurado un puente.

Críticas al presidente

Jara tuvo duras palabras para Álvaro Uribe, ya que, en su opinión, la actitud del presidente colombiano "no ha ayudado para nada" a lograr un intercambio humanitario que consistiría en canjear a un grupo de rehenes, que actualmente son 23, por medio millar de guerrilleros presos, como piden las FARC.

"Lo digo con claridad, siento de todo corazón que Uribe no hizo nada por la libertad de nosotros", manifestó Jara al apuntar que "pareciera que al presidente le convenga la situación de guerra que se vive en el país".

"Lo más duro son las cadenas, las cadenas de la indiferencia", comentó Jara, al relatar que durante su cautiverio tuvo innumerables problemas de salud y su único alivio fueron los "viajes astrales" que realizaba escuchando por la radio a su familia, a través del programa "Voces del Secuestro".

Para apoyar a los que, a diferencia de Jara, todavía siguen cautivos se ideó una maratón de mensajes de solidaridad que hoy cumplió 60 horas y 5.000 textos leídos públicamente en Bogotá.

Sólo falta uno

Con Jara y los liberados el pasado domingo, tres policías y un soldado, solo falta que las FARC entreguen al sexto y último de los rehenes prometidos, el ex diputado del Valle del Cauca Sigifredo López.

La encargada de recoger a los rehenes es una misión humanitaria integrada por miembros de la Cruz Roja Internacional, la senadora opositora Piedad Córdoba y un grupo de pilotos de Brasil, país que aportó los dos helicópteros usados para los traslados.

El operativo para recoger al ex diputado López, secuestrado en 2002, se pondrá en marcha este miércoles para conseguir el jueves su libertad, confirmó el portavoz de la Cruz Roja Internacional en Colombia, Yves Heller.

Mientras tanto, el presidente Uribe dijo que la entrega de rehenes por parte de la guerrilla es una esperanza para acabar con el flagelo del secuestro en el país, aunque enfatizó que la pacificación de Colombia no surgirá de "permitirles a los terroristas que hagan teatro político y circo con sangre".

Método de relajación

Alan Jara, de 51 años, es un ingeniero civil que cayó en manos de las FARC el 15 de julio de 2001. Durante el secuestro, se convirtió en profesor de ruso e inglés, como método de relajación personal, y enseñó a los policías y militares con quienes soportó los años de cautiverio, según contó a su esposa, Claudia Rugeles, en un mensaje.

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