La chica, que llegó custodiada por las fuerzas de seguridad procedente de la prisión de Ávila, padece un "trastorno límite de la personalidad", y buena parte del juicio se dedicó a debatir si la enfermedad mental que padece le pudo llevar a la fabulación como sostiene la defensa del acusado.

Sin embargo, los peritos forenses que valoraron la capacidad psicológica de la víctima concluyeron que en este caso no han encontrado "indicadores de fabulación" y, por tanto, no creen que su trastorno haya influido en el relato de los hechos.

Los hechos que fueron juzgados ocurrieron sobre las doce de la noche del 2 de junio de 2006 en una casa en construcción en la que trabajaba el acusado, Nicolai.I., de 30 años y nacionalidad rumana, y que el inmigrante utilizaba como vivienda. Durante su declaración, el acusado negó la violación y afirmó que fue ella quien de forma voluntaria le practicó una felación y que la chica se enfadó mucho porque él estaba ebrio y "no estaba preparado" para mantener relaciones sexuales.

Ante esta declaración, el fiscal le advirtió de que esta versión de los hechos contrasta con lo que dijo cuando fue detenido, momento en el que sostuvo que había mantenido relaciones sexuales con la chica de forma voluntaria. Sin embargo, el informe de los forenses pone de manifiesto que las lesiones que presentaba la chica -un hematoma en el ojo izquierdo, restos de sangre seca en la nariz, erosiones en la espalda y en la parte posterior de la pierna izquierda, así como rotura de algunas uñas de las manos- son "típicamente defensivas en una agresión" y compatibles con haber sido arrastrada por el suelo.

Petición de condena

En sus conclusiones definitivas, el fiscal rebajó de nueve a seis años su petición de pena para Nicolai al considerar que el inculpado tenía disminuida su capacidad por el consumo de alcohol y drogas y mantuvo que a pesar de que el testimonio de la chica "no suele ser frecuente" considera que su declaración es compatible con la realidad de los hechos.

Se refería así el fiscal al extraño comportamiento que tuvo la joven cuando declaró en el juicio al narrar, riendo, unas veces, y llorando, otras, lo que aconteció ese día, un hecho al que se refirieron también los abogados durante la vista oral. La acusación particular solicitó para el acusado doce años de cárcel por un delito de violación, mientras que la defensa pidió la absolución para Nicolai y planteó como alternativa la pena mínima al aplicar la eximente muy cualificada de alcohol y drogadicción.

La joven fue detenida hace dos años por el parricidio de su madre, de 54, a la que atacó con un hacha en su domicilio familiar. La víctima ingresó en un centro hospitalario a las 15.00 horas y  falleció sobre las 16.30 horas en el quirófano donde era intervenida. La mujer ingresó en estado crítico con múltiples heridas inciso-contusas en la cara y la cabeza que le causaron la muerte, así como incisiones también en un brazo.

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