"No soy ningún héroe", repite amablemente una y otra vez Rafael Eugenio, un inspector del gas que la mañana del martes salvó a una chica que estaba siendo acuchillada por su ex pareja. 

"Cualquiera habría hecho lo mismo en mí lugar", se justifica a 20minutos.es. Y añade entre risas: "es la prensa la que me está calificando de héroe. Podríamos decir que soy un héroe a la fuerza".

Rafael Eugenio recuerda que la agresión sucedió de forma muy rápida. "Yo salía de visitar a un cliente y escuché a una chica que pedía socorro. Vi como un hombre la atacaba con un cuchillo. Saqué el aparato para medir la presión y le pegué en el costado. Le debí hacer mucho daño", rememora. La herramienta con la que le pegó, mide cerca de dos metros y es metálica. "Si te pegas un porrazo con ella duele", asegura Rafael.

Dice que gracias a los golpes que le dio al agresor, logró que éste dejara de ensañarse con la chica. "Pero entonces se me encaró, empuñó su cuchillo e intentó seguirme. Yo tuve que huir corriendo", explica.

En pocos segundos, el agresor, que el jueves pasará a disposición judicial, fue acorralado por otros viandantes, la víctima pudo ser resguardada en el coche de otro ciudadano. Poco después llegó una patrulla de los Mossos d'Esquadra y una ambulancia.

De vuelta a la normalidad

Rafael Eugenio, que no ha hablado aún con la chica agredida, que permanece ingresada, sólo desea "que ella rehaga su vida y que la mía vuelva a la normalidad".

E insiste en que sólo actuó por "instinto" y por lo que le "dictó" su conciencia. "No sé si fue un acto de valentía o no. Igual otro día me encuentro en una situación similar y huyo", comenta Rafael Eugenio, un sevillano de nacimiento afincado en Montgat.

En casa, su mujer está feliz y orgullosa porque ayudó a la chica, pero no le gustan los efectos colaterales (ayer recibió cerca de 60 llamadas de felicitación) del acto heróico de su marido. Mientras, su hija, que tiene dos años, le mira admirada y le acaricia.