La fosa común que se encontraba en el cementerio de Singra donde se hallaron los 36 cadáveres fue abierta en noviembre del pasado año a petición de la asociación Pozos de Caudé en un intento por encontrar a 12 personas de Calamocha pertenecientes al bando republicano que fueron fusilados en la localidad durante la Guerra Civil.
Una vez exhumados los esqueletos fueron analizados por un grupo de expertos que determinaron que la identidad no se correspondía con las personas que buscaban, si bien se trataba de soldados de ambos bandos que portaban botas y cartucheras con balas. Desde entonces los esqueletos se encuentran en cajas de cartón, en las antiguas escuelas de Singra, tal y como recoge Cadena Ser.
Para Manuel Martín, Alcalde de Singra, el tener las cajas en las escuelas en un peligro: "La Asociación Pozos de Caudé tiene que comprar las cajas. Como no son los familiares que buscan dicen que ya lo harán. El tenerlos ahí, en un almacén del Ayuntamiento, es un peligro porque si un día entra cualquier animal los problemas son para nosotros" afirma el alcalde.
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