Según fuentes de la Policía Local, aunque una parte de los jóvenes propietarios de estas motos de hasta 50 centímetros cúbicos no las someten a la revisión obligatoria por dejadez, «lo cierto es que muchos otros evitan ir a la ITV porque las trucan para correr más, y no quieren ser sancionados». Y de los pocos ciclomotores que acuden, «un 30% exceden en la primera medición el nivel de ruidos permitido», precisa Pastor.
Ante esta gran desbandada, la Policía Local «extremará» los controles de ruido y emisión de gases en los principales barrios de Alicante con el fin de que los ciclomotores no excedan el nivel de sonoridad que fija la ordenanza municipal (81 decibelios).
Su incumplimiento conllevará, aparte de la denuncia, «la intervención de la licencia de circulación y hasta incluso la inmovilización del ciclomotor», apuntó ayer el delegado de Tráfico, Pablo Suárez.
El Ayuntamiento de Alicante también va a tomar medidas. Ha lanzado una campaña de concienciación con la emisión de hojas informativas que se colocarán en institutos, bibliotecas, centros deportivos, concesionarios, talleres, centros sociales y asociaciones de vecinos. En ellas se insta a los dueños de ciclomotores a pasar la ITV cuanto antes si no quieren ser multados.
A su propietario, pasar la ITV de su ciclomotor en Alicante le cuesta 22,92 euros.
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