Debía conocer el bar, ya que entró por la ventana más cercana al sensor de la alarma y lo desvió hacia el techo para que no saltará. El bar Rías Baixas, ubicado en la plaza de los Campos, a tan sólo diez metros de la Comisaría de la Policía Nacional, fue desvalijado la madrugada de ayer sin que los agentes se percataran de nada.
El ladrón salió por la puerta principal del establecimiento de madrugada con un televisor de plasma bajo el brazo. A escasos metros se encuentra la habitación acristadada donde los policías vigilan las cámaras, controlan el acceso a la comisaría y supervisan el aparcamiento de vehículos oficiales, según publica en su edición de hoy el periódico local La Opinión de Granada.
Pero ninguno escuchó nada. De hecho, por los destrozos ocasionados en el bar, el delincuente pasó bastante tiempo dentro. En este rato, robó el cambió de la caja registradora (200 euros) y reventó a golpes una máquina tragaperras.
Se enteraron cuando acudió el dueño
Los policías no supieron nada del asalto hasta que el propietario acudió a la comisaría para poner la denuncia. El bar carecía de persinas de seguridad o rejas, ya que a su dueño le parecía bastante seguridad la cercanía con la comisaría, pero se equivocó.
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