El pasado lunes, 17 de noviembre agentes de la policía francesa y de la Guardia Civil detuvieron de madrugada en el sur de Francia a Mikel Garikoitz Aspiazu Rubina , alias Txeroki, considerado jefe del aparato militar de ETA.

Un responsable de la lucha antiterrorista asegura en una exclusiva para el programa de TVE, Informe Semanal, que una de las cosas que más le sorprendieron fue "La frialdad de su mirada, la de una persona que sabía que había caído pero que no se arrepentía de nada".

A lo largo de la entrevista, el responsable de la lucha antiterrorista cuenta como fueron los últimos cuatro días de Garikoitz Aspiazu y su compañera Leire López antes de entrar en prisión.

Estaban durmiendo

Asegura que "'Txeroki' tenía todos los caprichos" y no se privó de nada durante estos cuatro días en Cauterets. Fue durante esos días cuando la pequeña localidad del pirineo francés se llenó de policías que ya andaban tras su pista. Incluso, Leire López, la que más salía a la calle de los dos, podría haberse cruzado en más de una ocasión con los agentes. El día de su detención "estaban durmiendo y no les dio tiempo a realizar ninguna maniobra defensiva, no les dio tiempo a nada".

"En lo relativo en confeccionar el material, los colaboradores, objetivos y posibles planes de atentado se pueden encontrar los ordenadores encautados", segura el Teniente Coronel. "Por lo que encontramos en la casa podemos asegurar que vivía muy bien. Tenían todos lo caprichos tecnológicos". En su vida cotidiana "aparentaban ser una pareja normal. Iban de la mano, pasaban".

"Es el primero de los generales de ETA de la kale borroka. Están mejor preparados, tienen menos disciplina pero son más salvajes". "Llegó a ser el número 1 por ser el más fuerte, el más salvajes".

En la entrevista también se detalla como los agentes que procedieron a su detención tuvieron que hablar con ellos para poder confirmar su identidad ya que "hacía cinco años que nadie había visto a 'Txeroki'.