Morcilla y vino peleón a ritmo de rock, funk y música pop

Del post-rock al electropunk. Todos los estilos cabían en la octava edición del Sonorama, el festival que se celebra cada año en Aranda de Duero (Burgos). Mogwai, !!!, Molotov, Los Planetas, Ocean Colour Scene o The Sunday Drivers fueron los más destacados durante un fin de semana en el que no todo fue música: también hubo tiempo para degustar algunos alimentos típicos arandinos, como el chorizo y la morcilla, regados –como no- con vino de la tierra.
Un momento de la actuación de Ocean Colour Scene (foto: M.D.).
Un momento de la actuación de Ocean Colour Scene (foto: M.D.).
M.D.
Un momento de la actuación de Ocean Colour Scene (foto: M.D.).

A diferencia de otros festivales con un tipo de grupos muy determinado, el Sonorama suele apostar por la combinación de muchos estilos en sus dos días de conciertos. Y este año el cartel volvía apostar por esta filosofía, que hizo coincidir a conjuntos tan distantes -musicalmente hablando- como Mogwai, Molotov o Astrud.

Los mexicanos y !!!, destacados del viernes

Madee y Australian Blonde se encargaron de calentar el ambiente durante la primera noche de conciertos, mientras los 7.000 festivaleros que este año han acudido al Sonorama terminaban de montar sus tiendas en la zona de acampada. A algunos tampoco les dio tiempo de disfrutar de la buena actuación de The Sunday Drivers. El fin de semana era largo y merecía la pena preparar un lugar en el que descansar al menos unas horas.

Porque el descanso es necesario tras una actuación de !!! (léase chk chk chk). Los estadounidenses descargaron como un torrente su mezcla de punk, dance y funk en la madrugada arandina. Capitaneados por su eléctrico vocalista y sostenidos por una original conjunción de guitarras, batería y saxo, cada canción parecía una mezcla de improvisaciones y ritmos imposibles, pero muy estimulantes.

Molotov fue el otro grupo de la noche, al menos por el volumen de público que consiguió congregar ante el escenario. Público que desde Amateur, su primera canción, se movió con energía al ritmo de la música de los mexicanos. La potente versión del tema de Toreros Muertos Mi agüita amarilla puso la nota de color al concierto, que llegó a su momento más álgido con Puto.

También Ocean Colour Scene lograron congregar a una buena legión de seguidores. Los británicos jugaron sobre seguro: apostaron por un repertorio compuesto por sus temas clásicos –casi todos de sus dos primeros álbumes- y no arriesgaron con canciones nuevas. Y el resultado demostró que la elección era la buena. Dieron al público lo que quería y firmaron un concierto cuanto menos entretenido.

Finalizaron la noche unos Cycle que estuvieron a punto de abandonar su actuación después de algunos problemas de sonido, que provocaron la marcha de dos de los cuatro miembros del grupo. Afortunadamente, la situación quedó solventada con una improvisada canción a capellade su vocalista, que recondujo la actuación justo cuando los ánimos del público comenzaban a encresparse. Tras el incidente, se recuperaron a tiempo de descargar una buena dosis de electropunk, que duró hasta casi el amanecer.

Almuerzo en las bodegas y, de postre, Los Planetas

A la mañana siguiente, muchos de los festivaleros pudieron reponer fuerzas y degustar algunos de los productos típicos arandinos en la ya tradicional visita a las bodegas, en el centro de Aranda.

Cada año, la organización del festival invita a probar el vino, la morcilla y el chorizo de su tierra a todos los asistentes, un momento en el que el buen rollo, los cánticos populares y las competiciones de bebedores de porrón sustituyen durante unas horas el sonido de la música independiente.

Ya por la noche, todo el mundo esperaba la actuación del grupo indie nacional por excelencia, Los Planetas, que no defraudaron, algo que -por raro que parezca- suele ser habitual en este tipo de citas para los granadinos.

J y los suyos comenzaron tranquilos, desgranando sus temas más lentos, para ir subiendo poco a poco el ritmo y atacar con sus singles más conocidos. Segundo premio, Maniobra de evasión o la particular versión de De viaje subieron la temperatura de la noche arandina y sirvieron para que Pesadilla en el parque de atracciones, su canción final, dejara al público con ganas de más.

Los otros protagonistas del sábado fueron indudablemente Mogwai. Los escoceses tenían la difícil labor de defender su música en un campo poco propicio, el de un festival de verano, donde se suelen premiar más los sonidos sencillos y directos que las complicadas texturas que caracterizan a los escoceses.

Aún así, la distorsión y la fuerza de sus guitarras sonó perfecta y, aunque más de uno se quedara helado escuchándolos –sus canciones no incitan al movimiento y hacía frío, mucho frío- el muro de sonidos post-rock que sacaron de sus instrumentos dejó un buen sabor de boca.

Tras Mogwai llegaron Astrud para animar el ambiente, y a buena fe que lo consiguieron. La culpa, He vuelto o Hay un hombre en España destacaron durante una actuación que Manolo y Genís cerraron con Todo da lo mismo.

Antes había tenido lugar el último concierto de Mercromina, grupo independiente que firmó su última actuación como banda con más emotividad que acierto en lo musical. Su sonido no fue del todo bueno, aunque poco importaba para los seguidores que se habían desplazado hasta Aranda para ver el final de su banda favorita. Evolution fue su última canción, antes de que Joaquín Pascual, líder del grupo, echara el cierre definitivo.

Iván Ferreiro, el que fuera líder de Los Piratas, precedió a la actuación de Mercromina. El gallego, ahora en solitario, se mostró abierto y cercano al público, que le reclamaba canciones de su anterior grupo. Al final, cantó Eme y todo el mundo quedó contento.

Los murcianos Second se encargaron de cerrar la noche de conciertos, que habían abierto horas antes Maga y Jet Lag, pero a su actuación sólo se quedaron los más despiertos, muchos de los cuales alargaron la fiesta en las carpas de Dj's hasta bien entrada la mañana del domingo.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento