El alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, indicó ayer que el equipo de gobierno está pensando en trasladar el botellódromo del Paseo de los Curas a otro lugar.

Entre los motivos están los destrozos que algunos usuarios del botellódromo hacen en las zonas ajardinadas del Parque de Málaga, ubicado junto al único espacio público habilitado por el Consistorio para beber los fines de semana desde 2006. El Área de Parques y Jardines ha llegado a plantear la posibilidad de cerrar la zona verde por las noches para salvaguardar las plantas y el mobiliario público.

Otra razón para que el botellódromo se mude es el avance de la reforma del puerto. La actual valla de este recinto (y que lo separa del Paseo de los Curas) se desplazará varios metros hacia el mar. Y en otoño de 2009 se inaugurará un aparcamiento en la esquina de los muelles 1 y 2 (unión del Paseo de la Farola y el Parque).

Dicho complejo tendrá la entrada de vehículos por Paseo de los Curas "así que los coches tendrán que pasar por allí y el botellódromo no podrá seguir para esas fechas, ya que de lo contrario el parking quedaría taponado mientras durase el botellódromo", explica el gerente Malagaport (empresa que promociona al puerto), Sebastián Camps. Por lo tanto, en menos de un año el botellón debería desaparecer de esa zona.

La fecha exacta del traslado y la nueva ubicación de la zona para hacer botellón aún son incógnitas. El Servicio de Atención a la Movida que desarrolla cada fin de semana la Asociación Cívica para la Prevención en el botellódromo cree que la mudanza no se producirá a corto plazo.

¿Cómo debería ser el botellódromo en otra zona?

Expertos en la gestión del ocio juvenil consultados por este periódico indicaron que una alternativa viable podría ser la zona de la feria y los polígonos próximos.

La reciente aparición de nuevas salas de fiestas y discotecas en esa área industrial favorecería su consolidación para el ocio nocturno sin vecinos a los que molestar, por lo que los horarios de apertura serían también mayores.

Estas fuentes indican que el traslado del botellón a un lugar como éste, ya planteado por el alcalde en 2006 cuando la Junta publicó la Ley Antibotellón, necesitaría que se instalase una línea de autobús público durante el fin de semana.

Dicho servicio llevaría y traería jóvenes desde las principales avenidas de la ciudad y tendría una frecuencia de paso a cada hora, proponen. Así se reduciría el uso del coche y las peligrosas consecuencias de unir conducción y alcohol.

Deberían mantenerse los servicios actuales de contenedores para reciclar vidrio, baños públicos, Policía y ampliar los efectivos sanitarios para que haya una ambulancia de forma permanente en el recinto.

Los expertos también ven con buenos ojos la instalación de pantallas para proyecciones audiovisuales (opción barajada por el Área de Juventud en el Paseo de los Curas pero descartada para no meter más ruido en esa zona), así como mantener el trabajo de animadores sociales que planteen juegos en grupo a quienes se reúnan en el botellódromo. Así se reduce la ingesta de alcohol y los jóvenes se divierten, cuentan.