El amor es un sentimiento atemporal, que arrastramos los seres humanos con mayor o menor fortuna, y nos guste o no. Ésto parece querer demostrar el musical Enamorados Anónimos, que se representa en el Teatro Rialto de Madrid.

De los mismos creadores de Hoy no me puedo levantar, el espectáculo contextualiza la acción en una clínica en la que se enseña a desenarmorarse, a considerar al amor como una enfermedad.

Aunque se ha anunciado como el musical de la copla, y es cierto que contiene muchos números basados en la canción española, el espectáculo va mucho más allá. Hay ritmos de Jazz, de fiesta, disco, flamencos, canción ligera... Además de éxitos más recientes, como temas de Joaquín Sabina o Chiquetete.

Los creadores han conseguido algo sobre lo que se podía ser algo escéptico: Que las canciones de ayer empastaran con una historia y unos personajes de hoy. El resultado pone los pelos de punta en más de una ocasión, sentirán más de un escalofrío de emoción.

Pero no es un musical rancio. El guión incorpora elementos de humor fantásticos, y personajes de rabiosa actualidad, como dos locas Amy Winehouses. En un proyecto como éste las voces y que éstas transmitan emoción es fundamental y los técnicos lo han conseguido con un sonido muy cuidado.

El escenario puede resultar algo aséptico en ocasiones, pero las excelentes posibilidades de tramoya del Rialto no le han pasado por alto a los creadores, consiguiendo efectos espectaculares, que sirven perfectamente a la historia.

En el apartado de vestuario... es cuando menos sorprendente. Hay trajes realmente espectaculares, muy bellos, aunque en ocasiones algunos pueden llegar a rechinar ligeramente.

Cabe destacar el reparto, compuesto por actores de verdad, polifacéticos, y que demuestran dominar el duende y el arte. Destaca la interpretación del pequeño perro faldero, mascota de uno de los personajes.

Un musical totalmente recomendable para cualquiera que esté, haya estado o vaya a estar enamorado. Para todos.