En la casa 10 de Gran Hermano, Iván se ha convertido en el centro de todas las miradas. El modelo no congenia con algunos de sus compañeros y eso le hace estar más a la defensiva.

"Esto es una merienda de negros", asegura Iván mientras afirma que Carlos H. le pone verde porque le tiene envidia.

Los cambios de comportamiento de Iván son motivo de tertulia para Gema y Loli. La catalana ve una actitud positiva en el comportamiento del modelo que se relaciona más con ella, pero en contraposición cada vez está más distante con Loli.

Lejos de la polémica, Almudena estrecha el cerco con su príncipe azul: Orlando. La concursante lo somete a un interrogatorio muy personal en el que indaga sobre sus relaciones anteriores mientras se encuentran metidos en el jacuzzi.

Después de un mes en la casa, Gema ha intimado tanto con Orlando que ya sabe hasta cuando el muchacho esta preocupado. Carlos F., el marido de Gema, sigue alucinando con la forma de comportarse de su mujer.

Hablan con las gallinas

En la casa 1 la convivencia y la comunicación son tan fluidas que el tándem Julito- Palomares ha comenzado a entablar conversaciones con las gallinas.

Una casa que tiene la maldición del sueño. La mayoría de sus habitantes se quejan de lo mucho que les cuesta dormir: Mirentxu y Ana Toro fueron las primeras.

Ahora se suman Julito y Palomares que han ido al confesionario a pedir una droga para caballos con el fin de caer en brazos de Morfeo.