Más de 9.000 personas en Aragón conviven con un daño cerebral, a pesar de que nacieron completamente sanas. La asociación que les atiende, Atecea, reclama más ayuda por parte de las instituciones.

¿Cómo se puede sufrir un daño cerebral?

A raíz de un accidente de tráfico, de un ictus o de una parada cardiorespiratoria en la que el oxígeno no ha llegado al cerebro. Nos puede pasar a cualquiera porque viene de improviso.

¿Cuáles son las consecuencias?

La vida se rompe por completo porque se puede llegar a sufrir una paraplejía, o una hemiplejía, además de trastornos de la personalidad, de la conducta y desorientación.

Eso es muy incapacitante...

Muchas personas no pueden vivir solas y se convierten en dependientes, porque hay enfermos que andan y no saben adónde van. Otros no logran concentrarse y así se hace muy difícil su integración laboral.

¿Cómo se les atiende?

En el hospital están los mejores profesionales y aparatos, pero cuando salen, caen en el olvido. La asociación Atecea (976 529 838) es el único sitio en Aragón donde se ofrece una rehabilitación completa , a 189 euros al mes, sin transporte, y 354 euros al mes con desplazamiento del enfermo.

¿La sociedad les acoge?

No. Estos enfermos se quedan con la única compañía de la familia más cercana. La sociedad no está preparada para acoger las vidas que salva la medicina.

¿Cree que la Ley de la dependencia va a ser beneficiosa?

Quiero confiar en que sí que lo va a ser, pero es necesario que se la llene de contenidos para actuar.

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