«Los bancos estamos luchando contra el colchón». Con esta frase, un empleado de una sucursal bancaria asturiana resume lo que está ocurriendo durante los últimos días en el Principado.

El pánico a quedarse sin los ahorros de toda la vida está llevando a cientos de asturianos a retirar su dinero de los bancos y cajas.

Son sobre todo personas mayores, pensionistas que no se fían de lo que puede pasar. Además, son pocos los que reparten el dinero entre varias cuentas o los distribuyen en entidades diferentes.

«Informamos a los clientes de que tienen garantizados hasta 100.000 euros por cada titular y entidad, pero aún así la gente, sobre todo las personas más mayores, no nos creen y prefieren llevarse el dinero a casa.

Piensan que así sus ahorros estarán más seguros y no se dan cuenta de que les pueden robar», explica la empleada de una caja.

Las cantidades retiradas superan los 3.000 euros la mayoría de las veces, pero ya se han dado casos de clientes que han sacado más de 80.000 euros de una sola vez.

«El problema es que como los clientes sigan sacando el dinero nos vamos a quedar sin liquidez, y entonces sí que habrá crisis», advierten los empleados de los bancos.

Muchos inversores abandonan la bolsa y optan por comprar oroÔ Con la subida de los precios y las hipotecas por las nubes, a cada vez más familias les es imposible llegar a fin de mes.

Sin embargo, la crisis es sinónimo de prosperidad para algunos comercios, como por ejemplo las casas de empeño, que llevan meses haciendo su agosto particular.

Es el caso de Mayka González, dueña de una joyería de Gijón especializada en la compraventa de oro y otros metales preciosos. Lleva en este negocio desde hace 30 años y ya ha sobrevivido a otras dos crisis.

Tal como ella misma reconoce, «cada vez llegan más personas empeñando sus joyas para hacer frente a alguna deuda.

Eso sí, la mayoría vuelve a los pocos días y recupera lo vendido», dice.

Curiosamente, y pese a la crisis, también ha aumentado el número de compradores de oro. Son aquellos que no están afectados por la situación económica actual y aprovechan para comprar joyas más baratas.

«Toda la vida existió la fiebre del oro, pero en general el negocio ha crecido en lo que va de año cerca de un 6%», comenta Mayka.

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