Ataques de tos, ‘pitidos’ al respirar, falta de aire... Más de 50.000 coruñeses (en torno al 20% de la población) padecen asma, una enfermedad que ha golpeado con fuerza en la ciudad en los últimos años: desde 1998 el número de casos se ha duplicado, según datos del servicio de Alergología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac).

El clima, la polución y la humedad hacen de la ciudad herculina uno de los puntos de España con mayor concentración de alérgicos, especialmente de asmáticos. Y el otoño se hace cuesta arriba para los afectados. «En las consultas desde luego sí se nota muchísimo un repunte cuando llega esta parte del año, la peor para un alérgico», asegura Antonio Parra, jefe del servicio de Alergología del Chuac.

Y es que los ácaros– parásitos que causan innumerables alergias– ‘habitan’ en el 98% de los hogares coruñeses, según un estudio de la empresa Dyson, y es en está época cuando más proliferan. «Son muy difíciles de combatir, y no se consigue sólo extremando la higiene», asegura Parra, que añade que la prevalencia de las alergias «no hace más que aumentar de un tiempo a esta parte; se ha descontrolado».

La detección, en los adolescentes

Y, en el horizonte, una fecha: el año 2050, en el que, según las previsiones de los especialistas, el número de asmáticos podría llegar al 50% de la población (cerca de 120.000 personas). La mayoría de estos afectados se detectarán en la adolescencia– «entre los 15 y los 17 años», según Parra–, aunque «hay pacientes de 60 años que llegan a la consulta sin saber que la tenían».

Una vez diagnosticada la alergia vendrán los consejos: una buena ventilación en el dormitorio (menos humedad), cuidado de la higiene–especialmente las manos– y ojo con los gatos y los perros, dos de los mayores transmisores de parásitos que existen.

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