El ruido de las dos carpas festivas no deja dormir a más de 64.000 vecinos de Actur y Valdespartera, a los que el sonido de los grupos de música y las discomóviles se les mete dentro de casa. Los habitantes de ambos barrios reclaman más control sobre estos recintos, ante el temor de que la situación empeore según avanzan las fiestas.

Los vecinos de Valdespartera, donde viven ya más de 2.500 personas, comprobaron el sábado que el ruido de la carpa supera con creces los límites legales. «A más de 250 metros del recinto se sobrepasaban los 80 decibelios, una barbaridad», explicó ayer a 20 minutos Tomás Pellicer, de la asociación de vecinos del barrio.

La normativa establece que dentro de un domicilio no se pueden superar los 29 decibelios por la noche. En el caso de las carpas, el Ayuntamiento se comprometió el año pasado con estos vecinos a no superar los 60 en un radio de 10 metros. «Como ahora lo gestiona una empresa privada, nadie hace nada», añade Tomás.

La carpa de Interpeñas en el Actur genera molestias similares a los más de 61.000 vecinos del barrio y los ecos de la música se escuchan a más de un kilómetro de distancia. «Vamos a pedir formalmente al Ayuntamiento que mida los decibelios y haga cumplir la ley, porque esto no puede ser», señalan en la asociación de vecinos Actur Rey Fernando.

Botellón junto a la carpa

Los vecinos del Actur piden también más vigilancia en el exterior de Interpeñas, muy próximo a la salida a la Autopista y que se ha convertido en una zona de botellón. «Hay tanta gente fuera como dentro y están todos bebiendo» señalan.

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