El protagonista del rescate aseguró que si se encontrase en esa misma situación en otra ocasión, volvería a hacerlo y se mostró "sorprendido" por la expectación que ha causado su hazaña. "Todo el mundo saltaría ahí. No me veo como un héroe ni tampoco creo que hiciera nada extraordinario", afirmó José Martínez Redondo.

Sobre las 18.00 horas José Martínez Redondo bajó de su oficina, que está situada las inmediaciones del parque de A Xunqueira para reunirse con su esposa y su hija de dos años en la zona de los columpios. Mientras jugaba con la pequeña, escuchó los gritos de varios vecinos a los que vio reunidos en el puente de piedra que se encuentra frente al colegio de las monjas Filipenses.

Sin pensarlo dos veces José Martínez, tiró la chaqueta y se lanzó al río Con para tratar de sacar el cuerpo del agua. Así, enderezó el cuerpo, lo arrastró hacia la orilla hasta que pudo tenderlo sobre una superficie plana donde se le practicaron los primeros auxilios. "Saqué al pobre hombre y empezó a echar agua por la boca y por la nariz", recordó.

Extraña caída

Ni los testigos que presenciaron los hechos ni el propio rescatador se explican como el hombre llegó a caer al río. "No sé como se cayó al agua, cuando lo vi así, tendido, pensé que había llevado un golpe y se había quedado inconsciente, y que por eso no se movía", relató. El hombre fue trasladado al hospital de O Salnés una vez que la Policía y los efectivos del 061 se presentaron en el lugar de los hechos para evacuarlo en ambulancia, donde evoluciona favorablemente.

El abogado dijo que la primera sensación que experimentó tras el rescate no fue precisamente de heroicidad sino de estar haciendo el ridículo. "Al salir con el traje y la corbata mojados como un pollito y ver a toda la gente mirando para mí, me sentí completamente imbécil. Un sentimiento que ahora al verse reconocido por todo el mundo como un héroe se ha transformado en modestia", agregó.

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