Y fueron felices y comieron perdices... ¿para siempre? Estos finales felices de cuento tal vez fueran ciertos en el Madrid de hace diez años, cuando el número de bodas doblaba al de rupturas (separaciones y divorcios), pero no hoy, en el que casi se igualan.

En el 2007, en la región, por cada cinco matrimonios nuevos que se produjeron se separaron otros cuatro, según un informe elaborado por el Instituto de Política Familiar con datos del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

En 1997 hubo 26.448 bodas y 13.383 rupturas (más de la mitad), lo que quiere decir que por cada cuatro parejas que se casaban, se separaban sólo otras dos. El año pasado se produjeron, sin embargo, 23.364 matrimonios y 19.352 rupturas. O sea, que por cada cinco matrimonios se produjeron cuatro separaciones.

Efecto de la ‘Ley-exprés'

"Vivimos en una sociedad cada día más egoísta y poco comprometida. Este clima, unido a medidas políticas como el divorcio-exprés, hace que cada día se separe más gente", explica Valentín Martínez-Otero, psicólogo-pedagogo social.

Esta es una tendencia que parece ir al alza cada año a pesar de que, tal y como informó 20 minutos el pasado junio, el número de divorcios cayera un 22% durante el primer trimestre de 2008 debido a la crisis y a los apuros para pagar la hipoteca.

En la capital hay más divorcios

Si en la región los divorcios suben cada vez más en relación con los matrimonios, en la capital las cifras se vuelven disparatadas: por cada enlace nuevo que se produce se disuelve otro.

Esto se debe a que el divorcio está más extendido en las zonas más urbanizadas. En cuanto a autonomías, Madrid es una de las primeras en este ranking, junto con Cataluña y Baleares.

Sólo la supera Canarias, donde ya hay más divorcios que enlaces.

Hugo Valdivieso. 45 años. Programador Informático.

Ésta es la segunda ruptura matrimonial de Hugo. La primera la vivió hace una década, cuando se separó de la mujer con la que llevaba viviendo ocho años, "pero ésta ha sido mucho peor, todo ha salido de la peor manera", afirma.

En su segunda ruptura, la clave fue el nacimiento de su hijo. "Nos casamos en junio de 2007, y al poco nació el niño. Todo cambió cuando vino el bebé. Tal vez fuera por la hormona esa que les sale a las mujeres cuando tienen su primer crío. Nos separamos en julio de este año, y ahora ya andamos con los papeles del divorcio. Está siendo muy frío; será porque ella es alemana, pero no estoy teniendo problemas para ver al bebé... de momento", explica.

Ahora mismo, Hugo ve su futuro sentimental con escepticismo: "Es la segunda vez que me pasa, y no ha hecho callo. Sólo pensar que una tercera me pueda hacer lo mismo...".