Si algo les sobra los jugadores de la selección española de balonmano es sinceridad. Por eso, nada más acabar el desastroso partido que han perdido ante Francia (28-21), ninguno se ha escondido.

El más elocuente ha sido Iker Romero: "La hemos cagado y punto, no hay excusas. Cuando juegan tan mal y atacas tan mal a un equipo como Francia, que tiene la mejor defensa del mundo, pasa lo que te pasa, que te mean".

A la hora de hablar de defectos de su equipo, Romero lo tuvo claro: "Todos. Tenemos que atacar mejor, defender mejor y hacerlo todo bien, porque así no vamos a ninguna parte". Por si fuera poco, el jugador español sigue jugando lesionado en el codo: "Me jode estar así, porque si tengo el codo mal y no puedo tirar, soy medio jugador".

El enfado también era palpable en el seleccionador Juan Carlos Pastor: "No podemos empezar de esta forma, con el parcial que nos han hecho. Ha sido un pésimo partido que no hemos sabido jugar. Atacábamos todo el rato por libre y hay muchas cosas que mejorar".

No tendrán mucho tiempo para mejorar cosas, porque dentro de dos días llega Brasil, el partido más importante para España, que ahora tiene dos derrotas, ante Croacia y Francia, y dos victorias, frente a China y Polonia.

Pero más que el resultado, lo peor del partido de hoy ha sido la imagen de bloque desunido que ha dado España. Francia ha comenzado el partido marchándose en el marcador y ninguna de las soluciones de Pastor ha dado resultado.

Sólo al comienzo de la segunda mitad se atisbó una reacción, con España acercándose a tres goles, pero el galo Karabatic tomó el mando del partido y allí se acabó todo. Nunca pudieron los españoles romper una defensa francesa firme y dura que frustró los lanzamiento de larga distancia de los nuestros. Para colmo, tampoco los extremos tuvieron su día. Un partido para olvidar.