Ketty Sánchez y Michael Brenson podrán seguir educando a sus cuatro hijos en su casa de Irún. La ley ya no se meterá con ellos por no llevarles al colegio. La Fiscalía de Menores de Euskadi les había imputado en 2006 por un delito de dejación de sus responsabilidades como padres. Ayer, la Fiscalía de Irún archivó las diligencias.

El fiscal entiende que «no está acreditado que los menores resulten gravemente perjudicados». En su escrito, explica que la educación doméstica no está regulada legalmente, pero tampoco prohibida expresamente.

Los hijos tienen 12, 11, 8 y 6 años, y están matriculados en un colegio a distancia de EEUU, país del padre. Sus progenitores son profesores de la academia que regentan en Irún. En estas aulas les enseñan ciencias, matemáticas, idiomas...

Los cuatro pequeños hablan perfectamente euskera, castellano e inglés. Además, los dos más mayores llevan tres años estudiando francés y alemán, según explican orgullosos Ketty y Michael en la web en la que defienden su causa (http://www.hazteoir.org/educarencasa ).

No hay datos sobre cuántos hogares vascos educan a sus hijos en casa. Ellos cuentan que en Guipúzcoa hay seis casos como el suyo.

Pasar más tiempo con los hijos, involucrarse en su educación, compartir aprendizajes... Las bases sobre las que Ketty y Michael enseñan en casa son numerosas.

Aunque todo esto eclosionó ante un problema práctico. Dos hermanos iban a un colegio y otro dos a otro porque no había plazas para escolarizar a todos en el mismo centro. Y pensaron: «Eduquemos en casa».

Y piano, trombón, piscina...

«Lo más importante en nuestras vidas es la educación de nuestros hijos», explican los padres en su web. Ambos tienen amplios estudios superiores y ahora se vuelcan en dar una formación nutrida a sus niños. Los hermanos van a conservatorio de piano, violín y trombón, clases de natación, academia de arte...

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