La noche en Orcasitas se convirtió en un safari. Pero sin África y con cucarachas. Decenas de vecinos tomaron el barrio ayer al atardecer y armados con guantes de plástico, cubos y palas se dividieron las calles para dar caza a la legión de insectos que cada puesta de sol invade el distrito. El objetivo: capturar el mayor número de ejemplares, introducirlos en botes de cristal y entregar las piezas de caza "muertas, vivas o en coma" en el pleno municipal de esta tarde.

Yoli y Mari viven en el número 9 de la calle El Rancho y son incapaces de conciliar el sueño por los gritos nocturnos de los peatones cada vez que las cucarachas escalan sus piernas. A las 24.00 horas continuaba la primera edición del Cucara Chill Out, para que Mari y Yoli puedan volver a descansar y para que el pleno de hoy se convierta en un festival de insectos.