Timbalao empezó como una aventura de doce amigos a los que les unía su afición por los instrumentos de percusión. «Dábamos clases particulares, nos gustaba mucho la música brasileña, ninguno era músico profesional, pero decidimos montar este grupo», explica Pablo Ballesteros.

En su repertorio no falta la samba ni los ritmos de Bahía, el estilo musical que tanto ha popularizado Carlinhos Brown, artista del que son fervorosos seguidores.

Pese a que no paran de actuar, Timbalao sigue sin ser un medio de vida para sus miembros, muchos de los cuales son -por el día- monitores de tiempo libre.

Precisamente en el tiempo que les dejan libres los niños, ellos se visten de amarillo e inundan calles y salas de conciertos de una samba que «anima a desterrar la tristeza». Esta noche tocan en Zaragoza, el jueves en Ricla, el sábado en Leciñena y el lunes en Pastriz. Y en noviembre, por fin, viajarán por primera vez a Brasil.

* Centro cultural Joaquín Roncal. C/ San Braulio, 5. 21.00 horas. Entradas: 5 euros.