Hasta que desaparecieron los 11, la Junta no elevó la alerta

Lo admitió ayer el consejero de la Presidencia. El fuego de Guadalajara estaba anoche a punto de ser controlado tras haber arrasado unas 12.000 hectáreas
Solidaridad en Orense. Un centenar de trabajadores forestales guardaron cinco minutos de silencio ayer.
Solidaridad en Orense. Un centenar de trabajadores forestales guardaron cinco minutos de silencio ayer.
EFE
Solidaridad en Orense. Un centenar de trabajadores forestales guardaron cinco minutos de silencio ayer.
La Junta de Castilla-La Mancha no activó la alerta de nivel 2, la que hace intervenir al Gobierno central, hasta que tuvo constancia de la desaparición de los 11 miembros del retén de Cogolludo en el incendio que se declaró el sábado en Guadalajara. Lo reconoció ayer el consejero de Presidencia, Máximo Díaz Cano, tras sembrar la confusión acerca de los hechos.

Primero, Díaz Cano indicó que la decisión se adoptó cuando ya se conocía la existencia de 11 fallecidos, versión que contradijo la consejera de Medio Ambiente, Rosario Arévalo. En una segunda declaración, Díaz Cano rectificó y aseguró que se elevó la alerta a las 19.20 h del domingo (28 horas después de que fuera declarado), cuando se temió que las llamas afectaran a otras regiones, y que no fue hasta las 22.35 cuando se confirmaron las 11 muertes.

«Medios adecuados»

El consejero explicó que la Junta no aceptó la ayuda ofrecida por otras comunidades, como la de Madrid, porque en ese momento « los medios eran los adecuados».

El fuego permanecía anoche dentro del perímetro de seguridad, a punto de ser controlado. El incendio, el peor en cuanto a número de víctimas en 20 años, había quemado ya entre 11.000 y 13.000 hectáreas. La Junta pedirá al Gobierno la declaración de «zona catastrófica».

Prohibido hacer barbacoas

El Consejo de Ministros del próximo viernes aprobará la prohibición de hacer fuego en el monte, tanto en las zonas habilitadas para barbacoas como en quema de rastrojos. La medida urgente, parte de un paquete, fue anunciada ayer por la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona. La comunidad de Madrid ya prohibió ayer hacer fuego en las 26 áreas forestales de recreo donde hasta ahora se podía. Por otra parte, el Consejo Fiscal, convocado para el 26 de julio, estudiará la creación de la Fiscalía de Medio Ambiente.

Las víctimas (sin confirmar oficialmente)

Luis Solano Montesinos: De Guadalajara, soltero, 34 años. Trabajaba como agente forestal en el verano.

Manuel Mantela: 23 años, procedía de Marchamalo (Guadalajara).

Jesús Ángel Juberías: Casado, 43 años, tenía dos hijos pequeños. Libraba el día del incendio.

Jorge Martínez Villaverde: 26 años. Hijo único. Libraba el día del incendio.

Julio Ramos: 28 años. De Cogolludo. Hijo de un guardia civil retirado.

Pedro Almansilla: 53 años, casado. Tenía dos hijas y nietos. Funcionario de la Consejería de Agricultura.

Alberto Semillán: De Arbancón. 40 años, dos hijos pequeños.

Mercedes Vives Parra: 33 años; casada, tenía dos hijos pequeños.

Sergio Casado: De Cabanillas. 21 años.

Marcos García: De Guadalajara.

José Ródenas: De Cogolludo.

«El fuego nos vio y dijo: voy a por vosotros»

«De repente llegó un humo negro. El huracán de fuego nos vio y dijo: voy a por vosotros», relató ayer Jesús Abad, único superviviente del retén. En el hospital, con la cara vendada, contó que los compañeros «se montaron en los coches para salir y ya no nos dio tiempo». Abad logró arrancar el camión, pero cayó por un barranco. Saltó por la ventanilla y se escondió bajo otro camión. La rotura de la bomba de agua le salvó: «Vi que me moría». Volverá al monte en cuanto pueda.

El imputado dice que no fue la barbacoa.

El único imputado por el incendio, un naturalista madrileño de 57 años, dijo a la Guardia Civil que la barbacoa no tuvo nada que ver (lo que contradice el informe pericial) y que no hacía viento cuando encendió el fuego, según informó ayer la cadena Ser. Añadió que escuchó una explosión. La Guardia Civil seguía anoche tomando declaración a diversos testigos y no descartaba nuevas imputaciones.

7 preguntas sobre...

La extinción de un incendio

1 ¿Quién toma las decisiones en la lucha contra un incendio? Las comunidades.

2 ¿Hay planes de actuación previstos? Sí; cada autonomía tiene el suyo. En el caso castellano-manchego, similar al del resto, cuando el 112 recibe la llamada, se activa el operativo.

3 ¿Quién hace la primera valoración sobre el terreno? El técnico forestal de la zona, quien rápidamente comunica el estado al Centro de Operaciones Provinciales (COP), desde donde se realiza una segunda evaluación objetiva.

4 ¿Cuándo interviene el Gobierno central? Cuando el Gobierno autónomo activa la alerta de nivel 2 (muchas veces no lo hace por miedo a perder competencias). Previamente, el 112 y el COP, junto con el Coordinador Regional de Incendios, valoran qué medios necesitan.

5 ¿Quiénes se encargan de la extinción de un fuego? Los retenes o cuadrillas, que intentan atajar el primer golpe (muchos están privatizados). Por encima, los agentes forestales y, responsable de éstos, el técnico forestal de la zona o ingeniero de montes. Todos dependen de la Consejería de Medio Ambiente.

6 ¿Y los bomberos? También intervienen. Están adscritos a otra consejería (depende de la autonomía).

7 ¿Qué hay estipulado sobre los voluntarios? Se recomienda que los ayuntamientos tengan un grupo de voluntarios estable y con formación, lo que en la práctica casi nunca sucede. En cualquier caso, no pueden actuar por su cuenta y deben estar dirigidos por el jefe de extinción (un bombero o un técnico forestal).

Mostrar comentarios

Códigos Descuento