Armando –el nombre es figurado– podría librarse hoy de ser presidente de una mesa electoral el próximo 20 de febrero si la Junta Provincial acepta sus alegaciones.

Hace un mes que contrató un viaje para pasar unos días en Praga con su pareja.  Tiene vacaciones en su empresa y dejó una suculenta señal en la agencia de viajes. Todo ocurrió antes de saber que es uno de los 13.320 ciudadanos de la provincia conminados a cumplir con su deber como titulares o suplentes de mesa en la próxima cita electoral: el referéndum de la Constitución Europea.

Según pudo saber ayer 20 minutos, un viaje con reserva previa puede eximir a la persona de tener que acudir a la mesa. Pero no sirve cualquier viaje. Si se trata de un desplazamiento de empresa o en el caso de un transportista, la Junta Electoral invita a la compañía a cambiar al empleado encargado del desplazamiento por otro que no sea miembro de una mesa.

«Excusas» variadas

Nada menos que entre el 30 y el 40% de los convocados a una mesa electoral el próximo día 20 intentará no ir, pero sólo lo logrará una mínima parte de los 13.320 ciudadanos designados para las 2.220 mesas habilitadas en toda la provincia.

Según explican desde la Junta Electoral, una enfermedad o impedimentos laborales son las razones más esgrimidas para faltar a una mesa electoral. Pero muy pocas son tenidas en cuenta.

Eso sí, todo el mundo puede intentarlo. Basta con presentar el impreso que la propia Administración ha timbrado con el epígrafe de  «excusa» en el plazo de los siete días posteriores a recibir la notificación. Luego... la suerte está echada.