Los españoles, un centenar, según los medios locales, estaban viendo el encuentro junto a otras 2.500 personas frente a una pantalla gigante de televisión, colocada en la céntrica plaza milanesa, donde más de diez mil hinchas italianos seguían el encuentro de la Eurocopa 2008.
Al concluir con el triunfo de la selección española, un grupo de tifosi se acercó a los hispanos y, según testigos presenciales, primero comenzaron a insultarlos y después les arrojaron botellas de cristal, obligando a los españoles a abandonar la plaza.
"No hemos tenido miedo"
Los agresores italianos, según los medios locales, iban con bastones, llevaban el torso desnudo, estaban tatuados y las cabezas rapadas. Tras arrojarles botellas, les quitaron varias banderas españolas y las quemaron, a la vez que gritaban contra los españoles.
"Eran diez imbéciles que tiraban botellas, no hemos tenido miedo", afirmó a la prensa local Sara, de 21 años, de Alicante. Otro español, Marc, de Barcelona, de 23 años, se quejó a la prensa local que cerca de ellos había policías "y no movieron ni un dedo", mientras Paula, de 25 años, malagueña dijo que sí, que pasó miedo.
Los violentos, según las mismas fuentes, abandonaron la plaza del Duomo y por el camino hacia el cercano Corso Vittorio Emanuele, tiraron papeleras. Los medios locales señalaron que las vestimentas que llevaban resaltaban la procedencia nazi fascista de los mismos.
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