En febrero de 1959, un grupo de entusiastas de la música vocal fundan la Coral de Sevilla. Lo hacen animados por algunas personalidades de la época empeñadas en recuperar para la catedral los sonidos del Miserere de Eslava, prohibido unos años antes de la liturgia del Jueves Santo por el Cardenal Segura.

En la ciudad, por aquel entonces, sólo existía un coro, el de la sección femenina del Frente de Juventudes, y estaba demasiado vinculado al Régimen.

La Coral quería ser independiente de cualquier institución, y diferente. Lo habitual es que un coro se formara impulsado por algún director o músico importante, y cuando éste fallecía el grupo desaparecía. Para evitar algo así, la Coral de Sevilla la fundan un grupo de personas y son ellas las que eligen al director. Por eso, en estos 50 años de historia, la coral ya ha contado con cinco directores y ha ofrecido más de mil actuaciones.

Su batuta la han llevado Pedro Braña; Luis Izquierdo, quien estuvo algún tiempo dirigiendo a la orquesta Betis; Ignacio Otero, organista del Salvador; Juan Rodríguez Romero; y José Márquez, quien a sus 23 años, y sin haber terminado aún sus estudios musicales, es el director más joven de la historia de la Coral.

Uno de aquellos fundadores es Jesús Becerra, quien asegura que “todo aquel que tiene un nombre en la música en Sevilla ha pasado por la Asociación Coral de Sevilla”. Y explica cuál es la esencia del grupo: “Es un lugar para el disfrute de la música”.

Hasta hace dos años y desde 1959, eran los encargados de cantar el Miserere en la catedral. Ahora es el Coro de la Maestranza quien lo hace. «Aunque nosotros lo seguimos haciendo en el Sagrario una semana antes y con acceso gratis para todo el mundo», comenta.

Ensayan dos días a la semana en el colegio Portaceli y en sus filas hay médicos, albañiles, profesoras de universidad, amas de casa. Admiten a todo aquel que demuestre “tener oído para la música y una buena voz para cantar piezas corales. No es necesario que tengan estudios musicales”.

Al ser una agrupación compuesta por hombres y mujeres, de él han salido en este tiempo unos 50 matrimonios. “Yo conocí a mi mujer en el coro, fuimos novios formando parte de él y seguimos cantando después de casarnos. Aún recuerdo que mi mujer ha ido a cantar estando embarazada y que incluso lo hemos hecho teniendo ya un niño al que teníamos que dejar con alguien mientras actuábamos”, recuerda Becerra.

Y añade que “tuvimos que dejarlo durante algún tiempo, pero al final volvimos. Y hasta nuestros cuatro hijos han pasado por la Coral”.

Si quiere cantar en la Coral de Sevilla puede acercarse al colegio Portaceli los lunes o los miércoles, días que tienen programados los ensayos, entre las 20.30 y las 22.30 horas.

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