La Fiscal elevó a definitivas sus conclusiones, que había modificado al añadir al delito de asesinato el agravante de parentesco y los de ensañamiento y alevosía. Tanto la acusación particular, que solicitaba 20 años de prisión por asesinato, y la defensa que pedía 5 años por considerar el crimen como un homicidio con las atenuantes de "arrebato", al producirse una "discusión amorosa" y haber ingerido bebidas alcohólicas y cocaína, mantuvieron su solicitud de penas.

Antes de finalizar la vista, el acusado se dirigió al jurado y mostró entre sollozos su arrepentimiento por el asesinato de la chica, que achacó a las drogas. La acusación particular calificó las declaraciones anteriores del acusado de "un cinismo que se eleva al máximo", mientras que la defensa manifestó que se trató "de un crimen pasional entre dos personas de corta edad", y dentro de una "relación tormentosa".

El acusado, que tenía 18 años cuando ocurrieron los hechos, contestó el primer día sólo a las preguntas de su abogado y manifestó que no eran frecuentes las discusiones, pero que la víctima siempre le decía que era "un niñato de mamá y papá", lo que le molestaba mucho. En su declaración aseguró que cuando se quedaron solos en el pub donde ella trabajaba discutieron porque se había reído de él con otro cliente y que, después de que la víctima cogiera el cuchillo y le amenazara con pincharle, la cogió de la muñeca y hubo un forcejeo, la siguió hasta el servicio y al intentar quitarle el cuchillo "se lo pude clavar en el cuello".

También dijo que después se fue corriendo sin saber que le hubiera hecho "tanto daño", se cambió de ropa y se fue a un bar a ver el partido de fútbol y allí se enteró de que había muerto.

Según la fiscalía, sobre las 18.45 horas del día de los hechos, el acusado y la víctima, de 22 años, se quedaron solos en el local, lo que el joven aprovechó para cerrar la puerta y agredir causándole diversas lesiones como un hematoma en el ojo izquierdo y varias contusiones en la cara. La chica comenzó a sangrar por la nariz y se fue al baño para limpiarse mientras que el acusado cogió un cuchillo de 20 centímetros de hoja utilizado para cortar los limones y la siguió, le pinchó con este arma en el cuello y le dio cinco "punzadas" en la zona abdominal.

El procesado terminó por cortarle el cuello, según la fiscalía, lo que le provocó la muerte por shock hipovolémico, quedando la mujer tendida en el suelo del aseo boca arriba, mientras el acusado escupió en el inodoro y se fue corriendo de allí con el cuchillo en la mano hasta que lo arrojo en una obra donde fue encontrado por un obrero al día siguiente.

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