Tras muchos años viviendo fuera, Francisco Morales decidió regresar a Granada, la ciudad en la que se había criado, para disfrutar de su jubilación. Pero los ruidos de esta ciudad aún no le han dejado. En 1999 fundó a asociación Granada contra el Ruido.

¿De dónde surge la idea de crear este colectivo?

Al principio fue una cosa personal y fui poniéndome en contacto con otras personas que escribían a los periódicos para quejarse del ruido que sufrían.

Pero luego dejó de ser algo personal...

Los miembros de la asociación hemos entrado por un problema particular, pero ya se trata de luchar para que se cumpla la ley y los derechos de todos.

¿Es nuestra ciudad especialmente ruidosa?

El principal foco ruidoso de Granada es el tráfico: motos, autobuses, camiones de basura y hasta el pavimento empedrado. Lo malo es que el Ayuntamiento se empeña en perseguir sólo a los bares y a las discotecas, que también lo son, pero en menor medida. Supongo que atacar ahí es lo más sencillo.

¿Qué ocurre con las motos?

Las motos son los vehículos más ruidosos y la ordenanza municipal, en lugar de inmovilizarla y obligarla a pasar la ITV cuando las paran, se centra sólo en multarlas.

¿Qué barrio es el que soporta más niveles de ruido?

No se sabe. El Ayuntamiento se ha gastado 400.000 euros en un mapa de ruidos, pero aún no está a disposición de los ciudadanos. Fue objeto de una exposición y se conforman con eso. Yo la visité y extrapolando los datos del mapa queda claro que el 80% de la población padece de noche ruidos por encima de lo que la OMS considera peligrosos.

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