Las labores de búsqueda de los restos del Titanic, hundido el 14 de abril de 1912 y hallado por el investigador Robert Ballard y su equipo el 1 de septiembre de 1985, fueron en realidad una tapadera del Gobierno de EE UU para encontrar los restos de dos submarinos nucleares hundidos durante la guerra fría ante la costa estadounidense.
Así lo asegura el propio Ballard, que explica que la autorización de Washington para buscar los restos del transatlántico de lujo iba condicionada a que antes buscara los de los submarinos Thresher y Scorpion, hundidos en la década de los sesenta.
En 1985, el oceanógrafo halló los restos hundidos del Titanic a más de 4.000 metros de profundidad gracias al robot submarino ARGO, provisto de cámaras sumergibles de visión nocturna, pero sólo dispuso de 12 días para ello. Antes, Ballard había empleado sus medios técnicos para buscar los restos hundidos de dos submarinos nucleares.
Nunca vio las conclusiones
"No se lo podía decir a nadie. Tenía una gran presión sobre mí. Era una misión secreta, pero a cambio podía conseguir la oportunidad de buscar el Titanic", relata Ballard.
El científico, que desvela ahora aquella misión en la que participó, porque los detalles de la misma ya han sido desclasificados por Washington, asegura que se limitó a entregarles los datos recabados a los expertos militares de la Marina, pero "nunca me contaron cuáles fueron sus conclusiones".
El Thresher y el Scorpion se fueron a pique con 200 hombres en su interior y desataron el temor de que, al menos el último de ellos, hubiera sido hundido por el Ejército de la antigua URSS.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios