El Parlamento Europeo aprobó hoy una resolución en la que indica que, si las autoridades birmanas siguen impidiendo la ayuda a las víctimas del ciclón Nargis, deberán ser juzgadas por "crímenes contra la humanidad".

El texto, aprobado por 524 votos a favor, 3 en contra y 13 abstenciones, reclama a los gobiernos de la UE que "ejerzan presión" para que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas remita el asunto al Fiscal de la Corte Penal Internacional.

Los eurodiputados sostienen que la soberanía nacional no puede primar sobre los derechos humanos de la población e insta a la ONU a examinar la conveniencia de autorizar los envíos de ayuda humanitaria incluso sin el acuerdo de la Junta Militar birmana.

La ayuda que llega se vende

La ayuda internacional recibida por Birmania no llega a muchos de los afectados por el ciclón puesto que parte es decomisada por las milicias progubernamentales, para luego venderla en los mercados de la capital.

A plena luz del día, varios tenderetes tienen apilados sacos de arroz con el emblema de la ONU y las siglas del WFP (Programa Mundial de Alimentos, PMA), según pudo comprobarse en Theingyi Zei, el mayor bazar de Rangún.

Otros puestos venden frutos secos y verduras en cajas que portan el sello "Ayuda del Reino de Tailandia" debajo de grandes pegatinas con imágenes de altos jerarcas de la Junta Militar, entre ellos su máximo líder, el general Than Shwe.

Mientras decenas de cooperantes extranjeros del PMA esperan en Bangkok a que las autoridades birmanas les concedan un visado.

La catástrofe dispara los precios

Preguntado por la procedencia del grano, un comerciante, de origen indio, se limita a señalar su precio: 3.000 kyat por un cuenco, equivalente a unos seis euros al cambio oficial, algo menos de 2,5 euros en el mercado negro y casi el doble de lo que se pagaba hasta ahora.

Antes de que el Nargis arrasara hace tres semanas el sur de Birmania, un bol de arroz, la ración diaria habitual de una familia de cinco personas, costaba 800 kyat.