Que la construcción es un sector en crisis no es novedad, pero que los propios promotores y constructores reconozcan una caída en picado y sin frenos da la imagen exacta de cuál es la situación actual. Pronostican que este año se harán 50.000 viviendas, un 41,5% menos que el año pasado. Así lo indicó ayer el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Barcelona y provincia (APCE), Enric Reyna, quien indicó que en 2008 se construirán 35.500 viviendas menos que el año pasado.

En 2007, según datos del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda, la construcción ya había caído un 32,7% en Catalunya, cuando se inició la edificación de 85.515 viviendas. Asimismo, Reyna denunció que actualmente el coste de los pisos de precio concertado del área metropolitana de Barcelona llega al tope máximo fijado por ley: 300.000 euros.

La demanda de pisos caerá un 25% durante los próximos cinco años, según un estudio que ha elaborado el Centro de Estudios Demográficos de la Universitat Autònoma de Barcelona. Además, la bajada de la demanda puede llegar al 42% en 10 años, por la llegada de menos inmigrantes y por el descenso demográfico del número de jóvenes.

El presidente de la APCE insistió ayer en que «hay demanda y la crisis se puede superar». Ahora bien, pidió «garantías» a la banca en el sentido de que se facilitará «el acceso al crédito» a los compradores de vivienda. El consejero de Medio ambiente y Vivienda, Francesc Baltasar, auguró ayer que la «preocupante situación» del sector «puede atrasar la política del derecho a la vivienda».