Los 102 vecinos del Casco Viejo que estacionan a diario en el aparcamiento subterráneo de la Plaza Nueva y apenas tienen sitio para salir de los coches por la estrechez de la plaza tendrán que resignarse. A no ser que prefieran comprarse "una mayor en el cercano aparcamiento de El Arenal. Eso sí, más cara".

Así de claro lo dejó el concejal bilbaíno Ibon Areso, responsable político de los aparcamientos municipales para residentes, en el pleno municipal celebrado ayer. Reconoció que hay 102 propietarios perjudicados –de los 423 totales– que cuentan con plazas de menos de los 2,40 metros de ancho que señala la última ley de 1994.

Esas parcelas, dijo, cumplen el pliego de condiciones aprobado en pleno para reformar del aparcamiento; y, con él, las normativas anteriores que dejaban en 2,20 metros la anchura.

El Gobierno municipal desechó así las propuestas del PSE y el PP para remodelar el parking.

Arreglo de desperfectos

Areso, sin embargo, admitió que el aparcamiento tiene una serie de desperfectos de construcción denunciados por los usuarios y aseguró que ya se están arreglando.

Entre estos fallos, la puerta de salida de emergencia, que se halla sin rematar, o algunos desconchados y diferentes problemas de humedades. Pero también hay errores de bulto. El braille de los ascensores indica el número de los pisos de forma equivocada o la manguera antiincendios no está conectada.