El monstruo de Amstetten también tenía tiempo para el ocio. A estas alturas, sus viajes a Tailandia son vox populi; algo que también era conocido por sus vecinos y que Fritzl nunca escondió.De hecho, una vecina declaró a los pocos días de conocer la noticia: "Eso sí lo sabíamos todos,
Por el momento, no se tiene constancia de que los Fritzl hicieran viajes en familia. Sin embargo, en la prensa británica ya se pueden ver fotos de las vacaciones de las hermanas de Elisabeth, que a mediados de los 70 estuvieron en Italia junto a su madre y esposa del monstruo, Rosemarie.
En Amstetten se quedaron la por aquel entonces pequeña Elisabeth (tenía 10 años) y su padre. No obstante, y según los datos que maneja la policía, aún no habían comenzado los abusos.
Ocho años después de esas vacaciones por el Mediterráneo, Joseph Fritzl encerró a su hija en el calabozo.
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