El monstruo de Amstetten iba a terminar con el cautiverio de su familia este verano

  • Ya se había cansado de ella y de llevar una doble vida.
  • Le hizo escribir una carta diciendo que quería regresar de la secta.
  • Los niños necesitarán ocho años de terapia psiquiátrica.
Elisabeth Fritzl, en una de sus últimas fotos fuera del cautiverio, y su padre durante unas vacaciones en Tailandia. (THE TIMES)
Elisabeth Fritzl, en una de sus últimas fotos fuera del cautiverio, y su padre durante unas vacaciones en Tailandia. (THE TIMES)
THE TIMES / DAILY TELEGRAPH
Elisabeth Fritzl, en una de sus últimas fotos fuera del cautiverio, y su padre durante unas vacaciones en Tailandia. (THE TIMES)

Josef Fritzl, conocido como el 'monstruo de Amstetten ', tenía planeado acabar este verano con el encierro de su hija Elisabeth y los tres hijos que tuvo con ella y que mantuvo escondidos en un sótano de su vivienda, según publica hoy el Dailymail .

Fritzl ya no aguantaba a su hija, a la que había sometido a continuos abusos sexuales durante décadas, y estaba cansado de su doble vida, por lo que había decidido hacer volver a Elisabeth de la supuesta secta a la que presuntamente se había ido hace 24 años, tiempo en el que estuvo recluída por su padre.

Según el diario británico, el 'monstruo de Amstetten' habría obligado a su hija a escribir una carta en la que pedía ayuda a su familia para dejar la secta. Sin embargo, el plan de Fritzl para romper con el cautiverio lo desbarató otra carta, la que Elisabeth metió en un bolsillo a su hija Kerstin antes de que fuera llevada por su padre al hospital, motivo por el cual se descubrió el sótano de los horrores.

Los niños necesitarán ocho años de terapia

En la nota que escribió Elisabeth ponía: "Por favor ayúdenla, se está mordiendo la lengua y los labios. Ella nunca ha estado antes en un hospital. Le aterroriza la gente. Si tienen dudas, pregunten a mi padre, es la única persona a la que Kerstin conoce" y a Kerstin le pedía que fuera fuerte, que pronto volverían a verse.

Los médicos que asistieron a Kerstin no entendieron como una madre que escribía esa nota podía no acompañar a su hija enferma al hospital, dice el diario británico.

Por otra parte, los psiquiatras aseguran ahora que los niños que se han criado en cautiverio necesitarán de cuatro a ocho años de terapia intensiva para aprender a vivir en el mundo real. Al menos eso es lo que dice un psiquiatra que asesoró a Natasha Kampusch , la otra joven austriaca que pasó ocho años recluida por un pederasta, según publica hoy el diario The Times.

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