El presidente francés, Nicolas Sarkozy, reconoció este jueves que ha cometido "errores", pero sigue resuelto a mantener el rumbo de las reformas y pidió tiempo a sus compatriotas decepcionados, en vísperas del primer aniversario de su elección.
En una entrevista televisada de más de 90 minutos en el Elíseo, el dirigente conservador explicó largamente y defendió las numerosas reformas ya lanzadas e insistió en que Francia tiene que proceder a esos cambios para no quedar descolgada en la globalización.
Frente a una sucesión de sondeos que muestran que la amplia mayoría de sus compatriotas considera que su primer año en la Presidencia ha sido un fracaso, que va en la mala dirección y no ha cumplido sus promesas de campaña, Sarkozy quiso ser pedagógico.
Justificó haber lanzado tantas reformas a la vez porque "en esta sociedad compleja" están todas relacionadas y, a las críticas por la falta de mejora del poder adquisitivo, que era su promesa electoral estrella, replicó que Francia ha estado sometida a un "cuádruple shock" desde su elección el 6 de mayo del 2007: El encarecimiento del petróleo y las materias primas, la subida del euro a niveles récord frente al dólar, y la crisis financiera global derivada de las hipotecas basura en Estados Unidos.
"Veo bien los descontentos"
Sarkozy, que volvió a exigir reglas internacionales para que no se repitan crisis como ésta e insistió en la necesidad de "moralizar" el capitalismo, argumentó que el contexto internacional "difícil" es una razón más para "acelerar las reformas". "Veo muy bien los descontentos, pero sé a dónde voy. Sé muy bien que no hay otra estrategia. La cita es el fin de mi quinquenio", afirmó el presidente.
Sabe que hay "decepciones", "problemas" y "dificultades" -"estaba preparado" para eso-, y reconoció que la vida de los franceses no ha mejorado "lo bastante" en un año.
Conflicto en el Tíbet
Sobre la tensión surgida en torno al Tíbet y el accidentado paso por París de la antorcha de los Juegos Olímpicos de Pekín, Sarkozy dijo que las violencias le habían "chocado" y se lo ha dicho a su colega chino, Hu Jintao, pero subrayó la importancia de China en el mundo y afirmó que no hay que marginarla.
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