Así vivieron Sandro Botticelli y Luca Giordano

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Sandro Botticelli (1444 - 1510)

Sandro Botticelli.Nacido en Florencia (Italia), el pintor, dibujante y grabador del Renacimiento Alessandro di Mariano Filipepi, más conocido como Sandro Botticelli, tuvo una vida de poca relevancia si se compara con la de sus grandes contemporáneos como, por ejemplo, Leonardo Da Vinci.

El menor de cuatro hermanos, ingresó como aprendiz en el obrador de un joven llamado Botticello (diminutivo italiano de la palabra 'tonel' y que probablemente hacía referencia a su apariencia física). Al parecer, Sandro adoptó de su maestro el apodo Botticelli. Algunas fuentes, incluso, señalan que éste podría ser su propio hermano.

Fue invitado a pintar en la Capilla Sixtina . Allí conoció a Leonardo de Vinci en el taller de Verrochio y los sermones de Girolamo Savonarola marcaron un antes y un después en su vida. Así, comenzó a utilizar el arte como instrumento teológico, hasta el punto de llegrar a quemar algunas obras anteriores de contenido pagano. Botticelli sufrió un cambio radical y se centró en ilustrar temas de contenido filosófico, político y religioso. De esta manera, sus cuadros muestran la cultura y la política florentina de la segunda mitad del siglo XV.

Luca Giordano (1634-1705)

Pintor barroco nacido en Nápoles (Italia), también es conocido como Lucas Jordán , por la traducción al castellano de su nombre.

Giordano comenzó a trabajar desde muy joven con el artista español José de Ribera , que influyó de manera destacada en su obra. Junto a él realizó un gran número de viajes a Roma, Venecia y otras ciudades, que le sirvieron, entre otros, para perfeccionar las diferentes técnicas artísticas de la época. Así, se convirtió en uno de los mejores artistas del barroco y descató por su facilidad para producir y su versatilidad a la hora de trabajar.

Hacia 1670, el rey

Carlos II le encargó pintar los frescos del Real Monasterio de El Escorial, a la que le siguieron otras de obras importantes como
la sacristía de la Catedral de Toledo , además de numerosas obras en lienzos para la corte y el clero.

Tras su muerte, los artistas y críticos de la época lo desacreditaron por considerarlo responsable de la decadencia de la pintura tras los años esplendorosos de España. Pero a principios del siglo XX, cuando lo barroco se vuelve a poner de moda, la obra de Giordano se revaloriza e influye claramente en artistas españoles como
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