En concreto, los ecosistemas forestales ocupan 26.280.281 hectáreas, de las que14.717.898 son arboladas y 11.562.382 desarboladas, que suponen, respectivamente, el 29% y el 23% del territorio nacional, según datos del Ministerio de Medio Ambiente.

La edificación de áreas residenciales afecta sobre todo al litoral mediterráneo, desde Cataluña hasta Andalucía, aunque también se está dando en Castilla y León, explica Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace. La construcción masiva de urbanizaciones de lujo "es una forma de degradar el bosque", matiza Soto, porque la construcción de carreteras, la canalización y la contaminación alteran el funcionamiento del ecosistema.

"Amenaza definitiva"

Raúl Navarrete, de Ecologistas en Acción, afirma que el urbanismo, incluyendo la creación de infraestructuras, es "una amenaza definitiva" para los bosques porque, "aunque los incendios forestales queman más superficie cada año, ésta se puede regenerar, mientras que las áreas asfaltadas no se recuperan". A pesar de esto, cree que la mayor amenaza para los bosques españoles es el cambio climático.

En este sentido, desde Greenpeace opinan que el aumento de las temperaturas y el descenso de las lluvias provoca que «los árboles sean más sensibles a las plagas».

El abandono de los bosques y el uso de madera ilegal son también enemigos de nuestros bosques, a los que hay que ayudar luchando sobre todo «contra la desertificación», dice Soto.

El 20% de los árboles, enfermos

La Asociación Nacional de Empresas Forestales explica que, según datos del anuario de sanidad forestal, el 20% de los árboles que hay en España no gozan de buena salud. A pesar de ello, el III inventario forestal nacional (1997-2007) destaca un crecimiento de 3.000.000 de hectáreas de superficie forestal respecto al II inventario (1987-1996). Por otra parte, una cuarta parte de los árboles de los Parques Nacionales españoles están dañados, según un informe elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente.