Los forenses confirman que las niñas de Posadas murieron por el pesticida

  • El fiscal pide para el vecino de las menores cuatro años de cárcel.
  • Asegura durante el juicio que conocía la peligrosidad del producto utilizado.
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Los peritos y forenses que acudieron hoy a declarar por el caso del vecino de Posadas (Córdoba) implicado en la muerte de las dos niñas que murieron intoxicadas aseguraron que el fallecimiento se produjo por inhalación del plaguicida.

Los médicos forenses que hicieron la autopsia a las menores dijeron hoy durante la segunda sesión del juicio que no encontraron ninguna complicación gastrointestinal y que no hay otra causa posible de muerte que la inhalación de fosfina, que contenía el plaguicida que el vecino de las niñas puso en su casa y supuestamente llegó hasta la de las víctimas.

Los peritos y los forenses pusieron de manifiesto la vinculación existente entre la inhalación de la sustancia química y la muerte de las pequeñas, así como las lesiones pulmonares por las que sigue aquejada la madre.

Por su parte, los responsables del servicio de toxicología explicaron que la fosfina se elimina en unas doce horas del organismo, por lo que apenas se encontraron rastros en los tejidos de diferentes órganos de las menores que fueron analizados

El acusado admite los hechos 

B.G.C., acusado de provocar la muerte de dos vecinas de 5 y 9 años intoxicadas al filtrarse por el desagüe del inmueble el plaguicida que usó en su casa, ha admitido ante el juez que no tenía la autorización ni los permisos que le habilitaban para emplear este tipo de productos venenosos.

El acusado ha dicho además que conocía la alta toxicidad de este plaguicida porque lo maneja a diario en su trabajo como fumigador agrícola, por lo que tomó precauciones como precintar la chimenea y la puerta con adhesivo, así como cerrar la ventana y la persiana.

Los hechos se remontan a noviembre de 2006 cuando el acusado utilizó en su domicilio de Posadas unas pastillas de Deita Pallets para matar a una supuesta plaga de cucarachas en una parte de su casa y días más tarde tanto las niñas como sus padres, que vivían en un casa colindante, resultaron intoxicados.

Fruto de esta intoxicación, las niñas fallecieron en el Hospital Universitario Reina Sofía , mientras que el padre tuvo que permanecer cinco días hospitalizado y catorce la madre.

B.C.G., que se encontraba visiblemente emocionado y para quien el fiscal pide cuatro años de prisión por dos delitos de homicidio imprudente, ha precisado que tenía este producto para fumigar los cultivos de naranjas y ha reconocido que no tenía la titulación necesaria para utilizarlo, pese a llevar unos 40 años trabajando con este tipo de productos químicos.

Ha relatado que el 27 de noviembre de 2006 puso 15 pastillas del citado producto en una bandeja en el centro del salón, que se comunicaba con la cocina, y lo cerró herméticamente, tras lo cual avisó a su mujer de que no entrara a esta parte de la casa, pero no advirtió a los vecinos de que estaba utilizando ese plaguicida.

En cuanto al fregadero por el que supuestamente se filtró el producto, ha dicho que llevaba desde el verano dando problemas y que "no entraba ni una gota de agua".

El fiscal explicaba en su escrito de conclusiones provisionales que la vivienda del acusado y la de sus vecinos cuentan con una sola canalización donde vierten directamente los sumideros de los patios de los domicilios, existiendo una arqueta donde llegan además los desagües del fregadero.

La incidencia de la humedad del ambiente sobre las pastillas generó el gas fosfina que comenzó a ejercer su acción y filtró por el desagüe de la cocina llegando hasta la arqueta común, desde donde siguió hasta la vivienda de las niñas.

Reproches en la puerta del juzgado

El acusado ha insistido en que cuando conoció la enfermedad de sus vecinas estuvo muy afectado porque para él eran como sus "propias nietas". B.G.C. se ha visto increpado a las puertas del juzgado por decenas de vecinos del municipio de Posadas que piden que se haga justicia y que incluso sea desterrado del pueblo.

Por su parte, los padres de las niñas, que también resultaron intoxicados y que actualmente siguen un tratamiento psicológico para superar lo ocurrido, han relatado que no habían notado ningún olor extraño durante los días anteriores y que fue en la madrugada del 30 de noviembre cuando toda la familia comenzó a sentirse indispuesta.

El padre de las niñas, J.A., ha relatado que tras toda una noche de vómitos fueron asistidos médicamente en el centro de salud de pueblo pensando que se trataba de una intoxicación alimentaria y que, finalmente, debido a que no mejoraban, fueron trasladados al Hospital Universitario Reina Sofía.

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