Que la WWE sabe de negocios, está claramente demostrado con el nuevo impulso que se le ha dado a nivel mundial a una casi olvidada lucha libre, que triunfaba allá por los noventa con los ya obsoletos Hulk Hogan y El Último Guerrero.
De aquella saga sólo queda uno, The Undertaker (El Enterrador), lo que hace reflexionar sobre el aire fresco y renovador que se le ha dado a este espectáculo.
La última modalidad constituida por la WWE ha sido la BunnyMania, que responde a la modalidad femenina y donde el espectáculo destaca por sus esculturales figuras, sumado a la emoción de la lucha cuerpo a cuerpo.
Estas luchadoras han sido en su mayoría modelos de la revista Playboy y han sido apodadas por ello como conejitas, convirtiéndolas en musas del erotismo a nivel mundial.
"Una pelea entre mujeres es mucho más dolorosa y dura que una masculina. La rival se agarra de los pelos, te rompes uñas... Somos más vulnerables y debemos estar más preparadas que los hombres", indica Beth Phoenix al rotativo español AS.
"Ser diva es arduo, lo de dar una imagen atractiva al público es sólo el principio. ¡Cuántas veces me dijeron que no serviría para esto! ¡Ignoré a quienes me lo contaban y ahora tengo un cinturón de campeona", indicó.
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