La Policía Nacional abrió una investigación sobre este hombre por delitos de narcotráfico. Según los escasos datos que se conocen hasta el momento -el juez que instruye el caso declaró el secreto sumarial-, el fallecido no respetó el alto de los agentes e incluso, según confirmaron posteriormente sus dos acompañantes, que dijeron ante el juez no entender "los motivos por los que emprendió la huída".

Desde el momento del suceso, buzos de la Benemérita buscan sin éxito la pistola que supuestamente portaban los ocupantes del vehículo en el momento de los hechos en la zona portuaria algecireña. Los otros dos implicados, ya en libertad, declararon no saber nada de este asunto y respondieron "con evasivas" ante la autoridad competente.

Según explicaron el secretario general de Andalucía de la UGC, Manuel García, y su homónimo en la UFP, Víctor Manuel Duque, los hechos se iniciaron con el requerimiento de dos personas a miembros del Instituto Armado con destino en el precitado Puerto de Algeciras, al poner en su conocimiento, que momentos antes, "tres individuos, presumiblemente de origen magrebí", tras mantener una disputa de desconocido origen, y a bordo de un vehículo del que aportaron detalladas características, "esgrimieron, al menos, un arma corta de fuego".

De dicho requerimiento, se dio rápido traslado a las unidades en servicio, quienes tras la ejecución del pertinente dispositivo, localizaron al vehículo en cuestión, iniciándose una veloz persecución por parte de unidades del Cuerpo de la Guardia Civil.

Tras un intento fallido de atropello de uno de los funcionarios de servicio en el Control Central del puerto de Algeciras, el vehículo emprendió huida hacia el Control Sur, donde diversos indicativos del Cuerpo, habían desplegado un dispositivo de interceptación.

Los ocupantes del vehículo perseguido, "lejos de aminorar la marcha y deponer su actitud, aceleraron el ritmo de huida", por lo que uno de los agentes intervinientes, situado en posición fronto-lateral derecha con respecto al vehículo, "se vio en la obligación de efectuar en una primera instancia, disparos intimidatorios al aire".

Así, en una segunda ocasión disparó "a la rueda delantera derecha, sufriendo esta un reventón, y finalmente, y debido a la propia inercia del vehículo y su trayectoria, éste, en un momento determinado, ofreció su parte trasera al funcionario en cuestión, produciéndose el fatal desenlace".

Ambas centrales sindicales destacaron "el alto grado de estima profesional y personal, que el mencionado funcionario ha despertado entre sus compañeros y mandos directos, solidarizándose por completo con él y su familia en estos momentos tan difíciles".

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