Unas obras de una oficina en Béjar sacan a la luz una ‘topera' de los años 40

  • El zulo, de apenas 5 metros cuadrados, se encuentra en un edificio de 1718, en el centro de esta localidad salmantina.
  • Se desconce la identidad de la persona que se ocultó allí al finalizar la Guerra Civil española.
  • Entre los objetos encontrados, de escaso valor económico, hay un estatuto de los trabajadores, una pistola de madera y jarabe para la tos.
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El zulo, de apenas cinco metros cuadrados, estaba ubicado en un edificio de 1718.
El zulo, de apenas cinco metros cuadrados, estaba ubicado en un edificio de 1718.
Lukasz Michalak / ICAL
El zulo, de apenas cinco metros cuadrados, estaba ubicado en un edificio de 1718.

Las obras de rehabilitación de una oficina en la localidad salmantina de Béjar han sacado a la luz una 'topera' de los años 40 con objetos y utensilios de la persona que se escondió allí al finalizar la Guerra Civil española, según explicó ayer el delegado cultural de la empresa TGC Grupo, Luis Francisco Martín, quien aseguró que se trata de un pequeño zulo de apenas cinco metros cuadrados que estaba ubicado en un edificio de 1718, en pleno centro de la localidad.

Entre los objetos encontrados, destacó un estatuto de los trabajadores del textil catalán del año 1945 que, según apuntó, podría tratarse de una de sus lecturas para "matar el aburrimiento", así como jarabe para la tos de .una farmacia que se encuentra registrada en los archivos de Béjar y que dirigía un doctor llamado Lozano, cartas y sobres con matasellos de la época de Franco, una cazuela y otros medicamentos como yodo, e incluso una pistola que había tallado en madera, lo que en opinión de Martín significaba que podría haber pasado largas temporadas en el zulo.

La casa pertenecía desde hace 50 años a la familia de Martín y no se habían percatado de la existencia del agujero al estar escondida con extremo cuidado y no ha sido hasta estas obras cuando la han descubierto. Franco Martín destacó que durante toda su vida había crecido con leyendas acerca de las toperas que había en esta localidad salmantina, como historias que pasaron de padres a hijos y con las que ha fantaseado desde su infancia.

Por este motivo, cuando descubrió la construcción al tirar un tabique se mostró "maravillado" y reconoció que fue "una gran emoción" al encontrar estos objetos porque "más allá del valor de los mismos, que no pasará de los 50 euros, tiene un gran valor sentimental y sobre todo cultural, porque es una parte de la historia de España que está en Béjar".

Desde esta empresa, han anunciado que permitirán la visita porque han dejado lo descubierto tal y como lo encontraron y colaborarán con quien quiera estudiar el zulo pero avanzaron que no desvelarán, ni indagarán sobre el nombre de la persona que estuvo allí escondida porque, según justificaron, "si ese agujero se cerró y tabicó durante más de 60 años es porque la persona que allí estuvo no quiso desvelarlo".

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