La subida de la cesta de la compra y, sobre todo, el continuo incremento que en los últimos años han sufrido las hipotecas están reventado la economía de muchas familias de Sevilla. A muchas ya no les vale sólo con dejar de gastar y tienen que pedirle socorro a sus bancos.

El año pasado, 10.591 hogares sevillanos tuvieron que llevar a cabo novaciones (renegociación de las condiciones) de su hipoteca.

Son muchas más que las efectuadas en 2006, cuando se registraron 6.462, según los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Los aspectos que más se negocian entre la entidad y el particular son el tipo de interés y el plazo de amortización. «Son los aspectos que permiten al hipotecado tener una cuota más baja y así adaptarla a la situación económica familiar», explica Rafael García, de la Asociación de Usuarios de Bancos y Cajas Ausbanc.

La principal traba de las novaciones es que no se puede obligar a la entidad a modificar el préstamo, dice Ausbanc.

Cada banco estudia de forma particular el caso. Por lo general el banco prefiere ajustar las condiciones antes de llegar al extremo de reclamar judicialmente lo adeudado, aseguran las entidades bancarias consultadas. A partir del tercer mes de impago, la situación pasa a ser de demora.

Otra de las fórmulas que cada vez usa más gente para intentar que el pago de la casa sea menor en la economía familiar es la subrogación. En el último año un 13% más de sevillanos decidieron llevarse su hipoteca a otro banco con mejores condiciones.

CONSEJOS AL NEGOCIAR

Oferta por escrito. Ausbanc aconseja que a la hora de refinanciar la hipoteca el banco le dé por escrito la oferta al cliente antes de firmarla finalmente, ya que pueden cambiar las condiciones que digan de palabra a las que recoja el contrato.

Ojo al tipo de interés. Hay que estar pendiente también del tipo de interés que se fija y del plazo total de amortización del préstamo.

LA RENEGOCIÓ.

Carmen Velasco

«De otro modo, no sé si hubiéramos podido pagar»

«Con las subidas, estábamos viendo que íbamos a estar muy ajustados. Así que llamamos al banco y, entre las opciones que nos dio, nos ofreció la posibilidad de proteger la hipoteca. Así, durante los años que yo eligiera (he decidido que sean cuatro) ellos me hacen un precio fijo, algo más de lo que pagaba en ese momento, pero menos de lo que me hubiera tocado con la revisión y las múltiples subidas, que hubiera supuesto un sablazo. Al menos sabes a qué atenerte cuatro años».