Con el trofeo debajo del brazo, Marhum sueña ahora, en el piso tutelado de Ceuta en donde permanece acogido, con seguir obteniendo éxitos en el mundo del deporte, aunque eso sí, sin dejar de lado la carpintería, oficio que está aprendiendo en la ciudad.

Marhum nació en la localidad marroquí de Chaouen y desde que llegara a la ciudad ceutí ha permanecido bajo la tutela de los servicios de menores de la Ciudad Autónoma. Una tutela que se ejerce sobre cualquier menor extranjero que llega hasta la ciudad.

El éxito conseguido en este campeonato parece algo innato a unas condiciones físicas que le han llevado a brillar en otras modalidades deportivas. Como atleta lleva un año entrenando, desde que en la carrera de San Juan del pasado año la gente le dijera que era bueno. "Me insistieron mucho para que entrenara y siguiera formándome en este deporte", apunta el joven.

Entre estudios y ejercicio, Marhum seguirá dando ejemplo para romper con las barreras que todavía existen con todo lo que tenga que ver con los extranjeros. Esa es su idea. De hecho ahora participará en el Campeonato del Mundo, que se celebrará en la República Checa a finales de abril, representando a España.

"Es un orgullo para mi representar a España, no lo esperaba. Tengo que dar las gracias a este país en esa carrera. Es muy difícil porque competiré con corredores de Marruecos, Kenia y Etiopía, entre otros, pero lo voy a intentar", apunta.

De Ceuta, esta promesa del deporte no tiene más que buenas palabras: "Es una ciudad muy solidaria y su gente da oportunidades a los que venimos de fuera. Me han ofrecido marcharme de Ceuta y les he contestado que estoy feliz aquí. Mis amigos ceutíes me han apoyado mucho, si no fuera por ellos no habría ganado".

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