Tienen su currículum cargado de detenciones por pequeños robos, daños a vehículos, desacato a agentes de la autoridad o incluso homicidios. Son los delincuentes habituales que saben burlar a la justicia y que, en Vigo, representan casi a la mitad de los arrestados por la Policía Nacional.

En lo que va de año han sido detenidas en la ciudad 60 personas, de las que 27 tenían antecedentes policiales y ya habían pasado por el juzgado con anterioridad.

Aunque la media es de cinco antecedentes, algunos, como el apodado como El Canario, cuentan en su expediente con un total de 29 detenciones. Aunque también hay quien le supera: el récord lo tiene Juan Manuel C. A., un vigués de 40 años que el 20 de enero fue arrestado por un robo con fuerza en un vehículo.

Ésta fue su última detención, aunque tiene 32 antecedentes policiales. La actuación policial en caso de delito consiste en arrestar al presunto autor y llevarlo a comisaría. Después pasa a disposición judicial y, en función del daño, se envía o no a prisión. Como la mayor parte de estos delincuentes cometen faltas menores (robos, pequeños hurtos...) no suelen ingresar en prisión.

Según explica la propia Policía, un detenido -por ejemplo- a las ocho de la mañana puede pasar a las 10.00 horas a disposición judicial y estar a las 11.00 horas en la calle, pudiendo volver de este modo a actuar.

La edad media de los arrestados este año en Vigo ronda los 27 años y, en la mayor parte de los casos, son hombres. Pero también hay menores. Entre enero y febrero pasaron por comisaría 13 jóvenes que no llegaban a la mayoría de edad. Ellos suelen protagonizar hurtos en comercios de ropa o perfumerías y nunca van a la cárcel. Si la gravedad del hecho lo manda se podría decretar su ingreso en un centro de menores.

Según los propios agentes de la Policía Local, los delincuentes habituales suelen proceder de familias desestructuradas, con problemas ya desde la infancia, por la falta de un referente claro en su educación.

También la droga está muy vinculada a una actuación en contra de la ley, de ahí que muchos cometan robos «sólo para tener con qué pagar una dosis de droga. Creen que no tienen nada que perder», según aseguran los propios agentes policiales vigueses.

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