El acto, al que asistieron tribus de todo el país y que precedió a la inauguración del período de sesiones de la legislatura, marca un cambio radical en la política hacia los indígenas y fue dirigido por Matilda House, líder del clan de los Ngannawal, dueños originarios de los terrenos donde se construyeron los edificios del Parlamento.
"La historia de nuestra unión"
La líder aborigen, acompañada de la música del tradicional "didgeridoo" y de sus dos nietos, entregó al primer ministro, Kevin Rudd, un bastón de mando con un mensaje sobre "la historia de nuestra unión", en la que hasta ahora los indígenas no habían tenido rol alguno en la administración del Estado. Rudd pidió también que el acto se convierta en
Miles de indígenas se han concentrado en Camberra para escuchar el primer perdón a nivel federal a la llamada "generación robada", formada por los más de 100.000 niños y jóvenes aborígenes separados por la fuerza de sus familias entre 1910 y 1970.
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