Ésta es la principal conclusión a la que llega la encuesta a viajeros y conductores que ha llevado a cabo durante las últimas semanas la agrupación de asociaciones de vecinos de Bilbao, que engloba a 32 colectivos vecinales.

Esta encuesta sobre el servicio de Bilbobus ha consultado a 580 usuarios y 90 conductores sobre los trayectos, la rapidez, las tarifas o la comodidad de los buses. Así, la asociación presentará hoy al Ayuntamiento los resultados de la encuesta, con la que pretende que el servicio mejore. «Tanto viajeros como conductores inciden en el problema de la saturación, sobre todo en los barrios circundantes a Bilbao», explica Francisco Javier Muñoz, portavoz de la asociación.

Además, los encuestados quieren que los autobuses ganen espacio, un problema derivado de la normativa que prohíbe viajar más de dos cochecitos de bebé o sillas de ruedas de discapacitados. «Es un gran problema en barrios nuevos como Miribilla o Bentazarra», dice Muñoz. El PP, precisamente, ha pedido que el Ayuntamiento derogue esta normativa.

Bilbobus transporta cada año en sus 42 líneas a 27,2 millones de viajeros, unos 75.000 al día. La más solicitada es la 56 (La Peña-Sagrado Corazón), con 1,9 millones de viajeros.

Y las frecuencias de estas líneas es de 15, 30 ó 60 minutos. El Ayuntamiento ya está buscando soluciones. Una de ellas pasa por poner buses de doble piso.

La lentitud, otro de los problemas

Los pasajeros denuncian el problema de la lentitud de los autobuses y los conductores lo constatan. La encuesta de las asociaciones de vecinos señala que otro de los problemas de Bilbobus es la cantidad de obstáculos que se encuentra en el camino, lo que frena a los autobuses. Las numerosas obras de la ciudad, coches aparcados en las paradas o estacionados en las esquinas hacen que los buses tengan verdaderos problemas para completar su trayecto en el tiempo establecido.