Cada vez más chavales se enganchan al consumo de tranquilizantes

  • 5.000 adolescentes de la región los toman sin receta.
  • Es un 24% más que hace tres años.
  • Los cogen directamente del botiquín familiar.
Drogaba a sus víctimas para robarles.
Drogaba a sus víctimas para robarles.
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Drogaba a sus víctimas para robarles.

El consumo de tranquilizantes sin receta se está extendiendo entre los adolescentes de la comunidad. El número de escolares de entre 14 y 18 años enganchados a las benzodiacepinas y los barbitúricos aumentó un 23,8% entre 2004 y 2006 (últimos datos oficiales disponibles).

En 2006 había 5.405 menores que consumían habitualmente estas sustancias en la región: 1.039 más que dos años atrás, según la Agencia Antidroga de la Comunidad.

Esto supone que el 2,6% de los adolescentes de la comunidad están enganchados a esta sustancia.

Además, el 7,5% (15.593 chavales) los han probado alguna vez en su vida.

Al revés que otras drogas

La situación preocupa especialmente a médicos y educadores porque su consumo está siguiendo la tendencia contraria a la de otras drogas más comunes.

Mientras baja la ingesta de alcohol, tabaco, cannabis y cocaína, crece la de tranquilizantes.

Expertos en estupefacientes y en psicología juvenil consultados por 20 minutos alertan de que «esta tendencia es más grave de lo que parece, pues los tranquilizantes no son un juego».

"Es un fármaco que sólo debe tomarse bajo prescripción médica", recuerda José Julián Díez, subdirector de la Agencia Antidroga. "Pero están al alcance de los adolescentes; en todos los botiquines familiares los hay", añade el catedrático en Pedagogía Valentín Martínez-Otero.

El nerviosismo y la tristeza son algunos de los motivos de este consumo. Según Martínez-Otero, el 8% de los adolescentes sufren ansiedad o estados depresivos.

"Pero es más preocupante cuando los utilizan directamente para drogarse; mezclándolos con alcohol sus consecuencias pueden ser devastadoras", alerta el experto.

También es habitual, según el pedagogo y la Agencia Antidroga, que los tomen «para neutralizar el subidón de otras drogas tras una noche de fiesta y llegar a casa sin síntomas. Esta mezcla es explosiva para el organismo».

Menos porros, tabaco y alcohol

El consumo de las llamadas ‘drogas blandas’ ha disminuido entre los adolescentes madrileños. En 2004, un 63,5% de chavales de entre 14 y 18 años bebían alcohol de forma habitual; en 2006, lo hacían el 52,3%.

Los enganchados al tabaco pasaron del 30,6% al 29,7%; y los fumadores de cannabis se redujeron del 26,2% al 20,4%.

Por el contrario, las drogas químicas aumentan, pese a que su uso todavía es minoritario. Las drogas de diseño pasaron del 1,2% al 1,4% en 2006; y los alucinógenos y las anfetaminas, del 0,8% al 1%.

5 preguntas a...

Paulino Cubero médico de familia

1¿Cómo actúan en el organismo los tranquilizantes? Calman el sistema nervioso favoreciendo que haya menos excitación e inducen al sueño.

2 ¿Qué riesgo entraña tomarlos sin receta? Cuando se toman ocasionalmente, provocan reacciones exageradas de mucha somnolencia, lo que entraña un gran riesgo para las personas que tienen que conducir.

3 ¿Y si se combinan con alcohol? Es peligroso, porque los efectos son imprevisibles. Además, depende mucho de la cantidad de alcohol que se haya ingerido.

4 ¿Qué tipo de tranquilizante es más peligroso? Los barbitúricos, porque son los que se usan para las anestesias, aunque afortunadamente están en desuso, puesto que pueden incluso provocar la muerte.

5 ¿Son adictivos? Sí. El uso continuado de los tranquilizantes genera dependencia.

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