El mercado ambulante de El Piojito, que constituye una tradición de décadas en la capital, podría estar empezando a escribir su última página. Así lo viven los vendedores, que hoy lunes y última jornada de 2007, volverán a instalarse con el ánimo un tanto abatido.

El portavoz de los vendedores, Manuel Montoya, lo expresa sin tapujos: "Desde que el Ayuntamiento nos obligó a instalarnos en esta Avenida de la Bahía no han hecho más que caer las ventas. Muchos se están pensando si sale rentable pagar las tasas que pagan para lo que venden".

Sólo lo licencia le cuesta a cada vendedor 600 euros al semestre. Sin embargo, el público ya no entra como antes, y menos en esta época del año, donde el viento y el frío junto a la Bahía hacen el mercado bastante inhóspito.

Y lo peor es que tampoco se ha notado que haya caído en lunes la víspera de las fiestas. O si se ha notado ha sido para peor, porque en vez de comprar ropa, la clientela se ha ido ha comprar o a hacer la cena de Nochebuena.

Veremos que pasa hoy.

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